De acuerdo a un informe, hubo por lo menos 63 denuncias en los últimos 20 años. 2 de los casos sucedieron en nuestra provincia. Del total de los casos 22 ocurrieron en Buenos Aires, 8 en Mendoza y 7 en Salta. En Entre Ríos y Santa Fe, se registraron 4; en Misiones, Corrientes y Córdoba 3; Catamarca y Tierra del Fuego 2; mientras que en Chaco, San Juan, Río Negro y Santa Cruz, una denuncia en cada una de las provincias.
Desde el 1 de Mayo, los obispos argentinos, como los de todo el mundo, tienen sobre su escritorio un flamante protocolo para actuar en casos de abuso sexual. Se trata de una iniciativa histórica del Papa Francisco para intentar combatir la crisis por abusos sexuales que se ha convertido en el mayor desafío de su pontificado. A partir de ahora, el encubrimiento se equipara al abuso.
En las últimas dos décadas, se conocieron decenas de casos similares. Sin embargo, es imposible establecer con certeza la dimensión del problema. ¿Cuántos casos hay en la Argentina? Nadie lo sabe. A diferencia de lo que ocurrió en varios países, como Estados Unidos, Chile, Irlanda, Australia o Alemania, en la Argentina nunca hubo una investigación oficial. No la hizo la Justicia y tampoco la Iglesia.
Por el contrario, la Iglesia argentina ocultó durante años a sus sacerdotes y religiosos acusados de abuso sexual. Según admite la propia Iglesia, el mecanismo implementado para este encubrimiento fueron, en muchos casos, los traslados: al enterarse de la denuncia contra alguno de los curas o religiosos en su diócesis, era una práctica habitual que los obispos los enviasen a otra jurisdicción sin alertar sobre la acusación detrás de ese movimiento. Así se deduce del análisis de documentos y fuentes judiciales y eclesiásticas realizado por La Nación.
En qué instancia están los acusados
La investigación reveló que en los últimos 20 años se comprobaron un total de 63 denuncias fundadas. En por lo menos 19 de esos casos, la Iglesia trasladó al acusado a otro destino. De cinco de esos curas o religiosos, hay denuncias de abusos en más de un lugar.
La lista de los 63 denunciados incluye 17 casos con condena judicial, 22 con proceso judicial en marcha y 24 no judicializados, pero con denuncias consistentes en su contra (en cuatro de ellos hubo un proceso que quedó trunco). Además, la Iglesia misma admitió la culpa o sancionó a los involucrados en por lo menos 23 de esos casos. En 12, les quitó el estado clerical, la máxima pena que aplica la institución.
La investigación fue realizada por un equipo de La Nación que trabajó durante un año. Se consultaron juzgados, abogados defensores y querellantes, obispados, fuentes eclesiásticas y judiciales y asociaciones de víctimas. También hubo entrevistas con víctimas y con victimarios. La mayoría solo dijo que era inocente. Uno de ellos accedió a contestar mensajes por WhatsApp.
En todos los ámbitos, las denuncias de abusos incluyen situaciones ocurridas en seminarios, hogares de niños, colegios pupilos, escuelas, campamentos y parroquias. La mayoría de los victimarios son curas o religiosos, pero también hay tres monjas acusadas. Las víctimas más chicas tenían 3 años de edad.
El sacerdote Tulio Mattiussi, por ejemplo, está procesado por el supuesto abuso de cuatro chicos de entre 3 y 5 años en el jardín Belén, en San Pedro, provincia de Buenos Aires. Néstor Monzón, que era sacerdote de la Parroquia María Madre de Dios, del barrio de San Jerónimo de Reconquista, Santa Fe, espera el juicio por abuso sexual gravemente ultrajante de dos niños de 3 años.
Catamarca
Rasguido, Renato (59 años)
Acusado de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores
Atraviesa el proceso judicial en libertad, recluido en un campo del obispado
Hay un juicio canónico en marcha
El sacerdote Renato Rasguido fue denunciado en 2013 por abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores. La víctima sería un chico que en ese momento tenía 13 años y concurría a la parroquia San Francisco de Asís, en Andalgalá, Catamarca.
Según fuentes de la fiscalía, el juez pidió "verificar algunas cuestiones del expediente, aunque no son cuestiones sustanciales". A Rasguido se lo acusa de cuatro hechos con la misma víctima. Está procesado, y en libertad. "Creemos que luego de sanear lo que nos pida la Cámara de Casación, la causa ya será elevada a juicio", precisaron desde la fiscalía.
Desde el obispado de Catamarca informaron a LA NACIÓN que Rasguido tiene una causa canónica en proceso por ese hecho, aunque aún no hubo un veredicto. "Está recluido en el campo, en un lugar que pertenece al obispado", dijeron.
Gutiérrez, Juan de Dios (31 años)
Está acusado de abusar de una adolescente que formaba parte del grupo juvenil católico que dirigía.
La causa llegó a juicio oral.
Luego de la denuncia, el cura "fue apartado de su oficio y trasladado al interior de la provincia a cumplir tareas administrativas", informó el obispado catamarqueño
En octubre de 2014, la madre de una chica de 16 años denunció que el cura Juan de Dios Gutiérrez había abusado de su hija. Gutiérrez era vicario de la parroquia Nuestra Señora de Belén, en Belén, Catamarca, y dirigía el grupo Jóvenes Unidos por Amor a Cristo, del que la adolescente formaba parte. La denunciante dijo que al detectar graves cambios de conducta en su hija revisó sus redes sociales, donde encontró centenares de mensajes privados enviados por el cura que lo incriminaban. Gutiérrez fue detenido, pero en diciembre de 2015 el entonces juez de Garantías Carlos Moreno lo dejó en libertad. En marzo de este año, la causa llegó a juicio: Gutiérrez está procesado por abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de culto, y el juicio comenzaría en los próximos meses, según fuentes judiciales. Fuentes del obispado catamarqueño indicaron que, tras la denuncia, el cura "fue apartado de su oficio y trasladado al interior de la provincia a cumplir tareas administrativas". Señalaron además que se inició una "investigación preliminar" y que están "pendientes de lo que determine la Justicia".
Alejandra Carrizo, madre de la víctima: "Nos han insultado y nos han escupido por haber denunciado un delito, una injusticia. Son personas devotas de la Iglesia que no nos creyeron y espero que ahora, habiendo llegado hasta acá (la causa llegó a juicio oral), se den cuenta".
