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Pura Vocación

Escrito por Agenciadenoticiaselnevado el viernes, 21 de septiembre de 2018 | 9:26 a.m.

Una historia de Pura Vocación: Entrevista a Charito Monroy Enfermera

Recibí niños prematuros y me di mañas para poder hacerlos vivir hasta que llegaron al hospital. 


Juan Andres Monroy y Petrona Perea de Monroy fueron sus padres. Sus hermanos, fueron 10, (5) de ellos murieron en accidente. Cuenta Charito que, "tengo un hermano que murió hace cuatro años, era marino, estudió la carrera y estuvo en Malvinas. Cuando vino de allá se entregó a la bebida, lo destrozó y lo llevó a la muerte. Actualmente de estos 10 de mis hermanos viven (4), 3 de estos en la localidad de Aconquija".


Mi única hermana era agente sanitaria y después pasó a enfermera. 


Me recibí de enfermera y de obstetra en Santa Fé. 


A veces estaba en Condor Huasi en medio de la nieve, y a las 3 o 4 de la mañana estaba allí por un parto, pero lo hacía porque adoraba mi profesión. A veces me llevaban en un vehículo viejo que se quedaba y después tenía que seguir a pié. A veces caminando. 


La base era Alamito. De ahí seguía, mis padres no sabían donde estaba, porque estaba en un lado en otro, si había un accidente en la cuesta del Clavillo tenía que estar ahí. Si había alguien herido de arma blanca, o de bala, tenía que suturarlo, o intervenir en el reconocimiento de personas que habían fallecido en accidente. 


Para mí no había fiesta, no había domingos y nada. Me duele que esté ganando tan poco por el sacrificio que he tenido. Yo tenía más de 30 años, yo no tenía horario ni nada. Jamás me pagaron los partos, ni las personas ni el ministerio. 


Respecto al sueldo, las personas cercanas me decían cuando recién ingresé y cuando cumplí el mes me pagaron. En esa época me pagaban $ 10,00. Los padres de Chichí Bedur, me cambiaban los cheques y allí realizaba mi vida. 


Tuve que recorrer todo el distrito de Aconquija - Las Estancias 

Me compré un caballo que me trajeron de Cerro Negro y con ese animal que me acompañó muchos años, recorrí los cerros y puestos, donde iba a vacunar a los chicos, porqué yo me imponía la obligación de que este beneficio debía ser disponible para todos. 


Si se mataba alguien (por ahorcamiento), hacerlo bajar, o si se pegaban un tiro en la cabeza, tenía que lavar la cabeza del occiso y dejarlo listo para que el médico hiciera los exámenes pertinentes e hiciera el informe. 


Mi amigo Chichí Bedur me decía, si hacías un paso más y hubieses sido médico, pero mis padres no pudieron hacerme estudiar más porque eramos muchos en la casa y sin embargo se esforzaron para darme lo mejor. 


A veces eran las diez de la noche en medio de tanto frío o calor, en los cerros.

Yo le decía a una enfermera, es una vergüenza, si los padres no traen los chicos al hospital no los vacunan. Yo me iba a los puestos a caballo para vacunarlos. Yo sabía si los chicos estaban vacunados y qué vacunas o dósis tenía colocadas, porque me andaba por cada lugar. 


Recorrí desde Río Potrero, Charquiadero, Las Mesadas, un lugar de gente muy pobre, muy humilde, Alto Las Juntas, Lindero, Alamito, y pasaba hasta el otro lado hasta el límite con Chacrita, Condor Huasi, La Echada, había unos puestos de Condor Huasi para el otro lado. Mi papá me decía que no me fuera porque el lugar era feo para acceder. Era una profundidad terrible, pero gracias a Dios he llegado. He vacunado como 8 niños y salí llena de pulgas y con el peligro de que el caballo se podría resbalar hacia precipicios muy profundos. 


Su hijo Cristian, dice todavía hay gente que la reconoce y agradece el trabajo que hizo. Se decía que en Aconquija le iban a hacer un reconocimiento, porque es lamentable la situación que hoy está viviendo, pero como te digo la gente donde va ella, siempre se está acordando lo que dejo ella en su carrera-para mí como hijo, que la gente se acerca y que la saluda, es lindo ver que tu madre reciba ese reconocimiento. Mi madre fue mi única sostén, porque desde los dos años que mi padre me abandonó. Ella ha sido todo para mí hasta el día de hoy, me hizo estudiar, me dió todo lo que tengo, por eso me emociono y estoy muy agradecido con ella. 


Su servicio durante la dictadura 

Yo venía en mi Fiat 600, que había comprado con mucho esfuerzo para poder cumplir con mi trabajo. En ese momento fui a asistir a una señora que estaba embarazada en Río Potrero, la gente de la empresa Sollazo me respetaban. Roly Olea le conseguí trabajo y el otro día me decía, siempre los ingenieros, los jefes y la gente preguntaba y hablaba bien de vos. 


Me dice un oficial y le digo, porqué tantas preguntas, una vez en Tucumán casi me balearon por eso. Venimos por el extremismo y me comenzaron a hacer preguntas, si atendí algún herido. Se decía que en el hotel viejo, donde funciona hoy la municipalidad de Aconquija. Yo venía con uniforme y el personal de Sollazo estaban en un colectivo los hicieron bajar y nos hicieron levantar los brazos y revisaron todo. Había una señora que la operaron del intestino, yo le cambiaba la bolsa y viene un amigo y le dice a los militares que me dieran permiso para ir a verla y ellos no me dejaron. 


Un día yo estaba atendiendo en la Posta Sanitaria, cuando llegaron dos muchachos que eran rubios. Yo hacía todo tipo de curaciones y entonces pasó uno de los muchachos estaba herido, porque aparentemente una bala le había partido casi el muslo de la pierna, tuve que pinzar baso y suturar tanto adentro como a fuera y una vez que hice eso, salieron y se fueron rápido por medio del río y nadie supo hacia donde se dirigieron, seguramente eran extremistas, ellos no me quisieron dar nombre ni apellido, eran las épocas en que la guerrilla estaba instalada en el Clavillo. 


Todo los días el médico de los militares me visitaban y siempre acudían para que les diera medicamento, que me dejaban de muestras médicas. Un día, me contaron que estaban recorriendo la zona de los puestos en la zona del Durazno arriba, al acercarse uno de los muchachos salió corriendo asustándose y al dispararle le abrieron casi todo el vientre, fue con un arma grande. Me trasladaron en un helicóptero. Me preguntaron que podía hacer y le dije todo lo que puedo hacer es hacer una sutura tipo bolsa. Lo trajeron para acá para el Hospital de Andalgalá. Cuando ha pasado eso comunicaron a Tucumán a los dueños de la casa, pero no sé porque lo llevaron, ese hombre no iba a vivir como estaba. Nunca ví en toda mi carrera, algo parecido, ese pobre hombre estaba destrozado todo el vientre, intestinos, e incluso el estómago le había perforado la bala. 



Atendí más de 200 partos, incluso prematuros

Una de tantas anécdotas fue que había un parto en Yunka Suma, porque estaba muy grave la señora. El Dr. que en ese momento estaba, los había mandado para que me vieran a mí, yo le dije que iba a ver las cosas, pero que en realidad era él quien tenía que estar. 


El rancho era tan pobre que no tenía luz. Les dije, busquen tablas levántenla a ella y yo voy a acomodar las tablas. Sra. demé los trapos o unas colchas. Pidan a donde sea una linterna. Yo necesito mucha luz. Estaba mal la mujer. Hice una oración pidiéndole a Dios que me ilumine para que mis manos vayan donde tenían que ir. Le dije a la chica cuando yo te diga hace fuerza. Esa criatura pensé que ya la sacaba muerta. Le pedí a un hermano de ella que me ayudara. Me chorreaba el agua lo que transpiraba, y le dije al hermano que me ayudara empujando despacio desde arriba del vientre para ayudarla a que se produzca el parto. Finalmente lo pude sacar y estaba prácticamente muy delicado estado, pensaba que no iba a vivir. Es más le hice respiración boca a boca y me llené la cara de sangre y eso los médicos me dijeron que no hiciera porque podría adquirir una enfermedad o contagiarme de alguna infección. Finalmente este chico vivió y hoy es un policía. 


También recuerdo el parto de una mellizas. En Las Pampitas, hice nacer trillezas, vivieron las tres, pero luego por una enfermedad una de ellas murió. Las otras dos chicas viven. Hoy la mamá vive en La Aguada y una está creo en Salta y la otra en Tucumán o Córdoba. 


Con respecto a este parto, rompí bolsa con cuidado, porque los médicos me decían que había que extremar cuidado porque por la fuerza podría aparecer la vejiga por la fuerza que hace la parturienta, pero gracias a Dios, nunca le herré, fue auspicioso, porque una de las mellizas vino bien, pero la otra venía de pié. Entonces le avise a la madre que se preparara porque el parto de un niño de pié es muy doloroso y finalmente hoy viven. Su hijo Cristian cuenta que ambas son amigas de él y que cada vez que postea una foto o algo en las redes sociales, siempre están saludando y llaman para preguntar de ella, porque dicen que ella es como su segunda mamá. 


Un parto prematuro 

Habían venido de Tucumán a Aconquija un matrimonio que vivía allí cerca, pero tenían una extrema pobreza, tanto que los dos eran flaquitos. No tenían absolutamente nada, ni una ropita para el bebé. Entonces le pedí al Dr. con el que trabajabamos juntos que fuera a mi casa y le pidiera a mi madre que me mandara sábanas viejitas, una bolsa de agua caliente y una colcha. Le dije al marido de la chica que calentara y puse el agua caliente en la bolsa. Entonces cuando se produjo el parto, nació una criaturita, desnutrida, no llegaba al kilo de peso, era muy chiquito y lo pusimos entre la colcha y la bolsa de agua caliente que la protegimos con uno de los dobleces y con parte de sábanas lo cubrimos. Pero ese niño no tenía nada. Al otro día la noticia había discurrido en el distrito y todos los que venían al hospital me preguntaban como había sido el nacimiento de esta criatura. Vino incluso un periodista de Tucumán que se encontraba en Aconquija, que me buscaba para hacerme una entrevista, la noticia se difundió y cerca del medio día, comenzaron a llegar donaciones con bolsas de pañales, ropita y ayuda para ese bebé. 


Muertos en Accidentes 

Una noche me piden que asista a un hombre que se accidentó en el Clavillo, venía de Belén en un Camión, este se desbarrancó y se fue al precipicio, él no se había ido al precipicio, pero un hierro le había destruído el rostro y parte de la cabeza. Entonces me tocaba limpiar al occiso para que el médico pudiera hacerle el informe. Le pedía a un policía que estaba de servicio que me ayudara sosteniendo el lavatorio para que pudiera limpiar las heridas y me decía que quería hacerlo porque le daba cosa, lo impresionaba y temblaba cuando tenia que tener ese lavatorio.






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