Vivimos tiempos convulsionados. La ‘tranquilidad del hogar’
no parece tan acogedora. Las obligaciones del trabajo o de los trabajos, los
hijos, los compromisos financieros y el dinero que a menudo no alcanza… nos
ahogan. El estrés, la ansiedad y la paranoia aparecen en gran parte de las
familias argentinas y del mundo.
Los libros de autoayuda se venden en las librerías y hasta en
los puestos de diarios y revistas como ‘pan caliente’. Todos esperan poder
encontrar entre líneas la clave de la felicidad, algunas veces con éxitos;
otras, en cambio, sin igual suerte.
Es innegable que hoy en día el éxito está asociado al poder,
al dinero, a la belleza y la astucia. Lo material y lo banal se instalaron como
un ‘cáncer’ en las sociedades. No cumplir con los estándares nos convierte casi
automáticamente en fracasados o nos coloca fuera del sistema.
Ivanna Romina Lobo, instructora catamarqueña de yoga, explica
cómo esta disciplina le enseñó a darle otro sentido a las cosas. “Mi vida dio un
giro de 180 grados cuando comencé a practicar yoga. El mundo vive somatizado
por lo material y yo aprendí a no necesitar de lo material, a vivir con menos,
con lo básico, a darle más sentido a las cosas”, expresa.
“En el mundo es todo plata, todo poder. Pero se
olvidan que al poder hay que buscarlo de adentro hacia afuera. Lo primero que
hay que buscar es la paz interior, después todo lo demás viene sólo. Estar bien
con uno mismo, esa es la verdadera felicidad”, señala Ivanna con voz relajada.
No es caprichoso que día a día más personas se vuelquen a
esta disciplina milenaria originada en la India, pero ¿qué es el yoga? La
profesora del centro ‘Paréntesis Interior – Yoga Terapéutico’ sintetiza que es
la unión del cuerpo, el alma y el espíritu: “Se busca equilibrar los tres
aspectos del ser mediante la respiración (pranayamas), las posturas (asanas) y
la meditación”.
“Aprender a equilibrarse conlleva incalculables beneficios
para nuestro físico (…) El yoga en sí, a diferencia de otra gimnasia común,
actúa a nivel glandular, sistema nervioso y los órganos internos. Se trabaja de
adentro hacia afuera”, aclara.
Está comprobado que las personas que practican esta
disciplina, comenta Ivanna, aprenden a controlarse en cualquier situación de la
vida, por más difícil que parezca. “Al encontrar nuestra esencia, logramos
calmar nuestras ansiedades y el estrés. Nos liberamos!”
El yoga también está recomendado para personas que sufren de
atención dispersa, indica la instructora. Es así que, aunque no con mucho éxito
por reticencias de los adultos, la disciplina comenzó a implementarse en
algunos establecimientos escolares de los Estados Unidos para fortalecer el
poder de concentración de los niños. “En Argentina, lo están recomendando ahora
en las escuelas; en Córdoba, inclusive, se está viendo que lo dan como clase.
En Catamarca, hay centros donde se dicta yoga también para niños”, cuenta.
Por último, otro beneficio es que no existen
contraindicaciones para este ejercicio. “Las personas que quieren comenzar a
hacer yoga sólo necesitan tener ganas, optimismo y voluntad y nada más que eso.
Tienen que estar en su momento de ir hacia adentro y de dejarse llevar”,
finaliza.
Durante el embarazo…
Ivanna Lobo recomendó, especialmente, el yoga a las mujeres
durante el embarazo ya que las prepara para el momento del alumbramiento.
Además, explica, les permite entablar una conexión íntima con su bebé durante
la gestación. “Las técnicas de respiración (pranayamas) ayudas a las mujeres a
estar listas para el momento del parto (…) Las posturas (asanas), le devuelven
la agilidad al cuerpo”, indica y sonríe sintiéndose orgullosa de las futuras
mamás que asisten a su centro ‘Paréntesis Interior’.
Red de Luz
La Red de Luz está conformada por grupos de personas que se
reúnen a meditar durante la noche de luna llena y en contacto con la
naturaleza. Esta red está presente en diferentes países, como México y España;
en la Argentina, existen tres: una en la ciudad de Buenos Aires, otra en
Córdoba y la tercera en Catamarca.
Ivanna Lobo es la precursora del grupo en
nuestra provincia. En diciembre del año pasado, cuenta, junto a unas 20 alumnas
del centro ‘Paréntesis Interior – Yoga Terapéutico’ realizaron la primera
meditación de la luna llena con “magníficos” resultados. “Fue impresionante la
energía que se sintió (…) a partir de ese momento, comenzamos a sentir el amor
de otra manera”, señala.
Desde entonces, cada mes el grupo catamarqueña incrementa sus
seguidores y todos coinciden en manifestar que se trata de una experiencia
única. “La condición para participar es asistir con vestimenta blanca y con una
velita para iluminar el círculo”, comenta.
Pueden contactarse con la instructora vía la red social
Facebook como Ivanna Romina Lobo o al teléfono 383 – 15 4 788901.
FUENTE: DIARIO EL ANCASTI