Por esta situación tuvo que mudarse a comienzos de este año. 'Tengo miedo de regresar, por si me pasa algo y sigue hostigando'. 'Lo clásico en Andalgalá es que la mujer tiene la culpa', dijo.
"Dos años me estuvo amenazando", comenta F, inicial con la que será identificada, ya que no se dará a conocer su nombre para resguardar su integridad. De quien habla es su pareja, con la que tuvo un hijo en común, pero sofocada por la dura situación decidió pedir auxilio para poder salir de su entorno y finalmente fue cobijada en el hogar Warmi.
La mujer dialogó con El Ancasti. "Hace dos meses hice la denuncia. Sé que estuvo arrestado dos días, pero lo dejaron libre", expresó. La víctima tiene 31 años y dos hijos, una nena de 8 años y un bebé de 1 año. Este último fue fruto de la relación que tuvo con su denunciado.
Comentó que su vida transcurrió en un pueblo ubicado en las afueras a la cabecera departamental.
"Desde mi adolescencia y durante 6 años trabajé cuidando animales. Trabajaba de lunes a lunes. Me pagaban mil pesos por mes", manifestó. En ese lapso quedó embarazada por primera vez.
Su tiempo pasaba entre la crianza de su hija y el trabajo. Se inscribió en el Profesorado de Letras y comenzó a su cursar esa carrera en el IES, pero tuvo que abandonarla.
F contó que comenzó a salir con una persona allegada a su familia, la cual fue tornándose violenta con el paso del tiempo.
Manifestó que primero le tocó padecer violencia psicológica. Gritos, y humillaciones. "Dos años estuvo amenazándome". Esto luego se trasladó a lo físico. "Entró a la pieza a manosearme y como no quise tener relaciones, siguió tocándome y me lastimó". Ese episodio fue el más reciente y el último. Señaló que quiso hacer la denuncia en la comisaría de Andalgalá, pero que no se la tomaron por falta de personal, "ya que en ese momento estaban trabajando con un operativo de drogas".
"Antes, nunca lo denuncié porque lo clásico en Andalgalá, es que la mujer tiene la culpa. Así lo dicen los policías", agregó.
La damnificado confesó que esta traumática situación la llevó a intentar quitarse la vida. Sin embargo, su presente tuvo un giro cuando se acercó al equipo de Desarrollo Social que estaba de paso en Andalgalá y les comentó su historia. De inmediato se gestionó su traslado a la Capital y fue alojada junto a sus hijos en el Hogar Warmi, el dispositivo de refugio para mujeres en situación de violencia de género.
F planea regresar a Andalgalá en el corto plazo. "Pero tengo miedo que me pase algo o me hostigue de vuelta". El Ancasti pudo averiguar que la causa se tramita en la Fiscalía de la Segunda Circunscripción Judicial a cargo de Alejandro Scidá, quien dispuso el arresto del sujeto, pero luego se le dio el cese con restricciones y que están a la espera de los resultados de pericias.
El Ancasti