En el desarrollo de la interna radical, llamó la atención la facilidad con que el Movimiento Renovador resignó posiciones en las listas de candidatos a cargos partidarios que encabeza Horacio Pernasetti. Estos desprendimientos fueron posteriores a una fuerte resistencia del sector a abrir el juego, que llegó en algún momento a poner en riesgo la posibilidad de competir debido a la fuga de posibles aliados hacia la propuesta antagonista, encabezada por el intendente de Andalgalá, Alejandro Páez. El caso más visible de tal reacomodamiento interno es el de la línea Morada, que terminó acordando con la lista de Páez y se quedó con la candidatura a la presidencia del Comité Capital para el médico Roberto Gómez, quien lideró en las PASO del FCS del año pasado la alternativa a la lista acaudillada por Eduardo Brizuela del Moral, que obtuvo un 40% de los votos. Por el lado de la lista de Pernasetti, los renovadores terminaron resignando sus pretensiones al Comité Capital, su distrito más fuerte, a manos del ex diputado y titular del Plan Belgrano a nivel regional, Miguel Vásquez Sastre. Los precedentes de Vásquez Sastre son renovadores, pero desde hace tiempo comanda la línea autónoma Vanguardia, que busca ampliar su incidencia en el juego interno del radicalismo. Un triunfo en Capital, y nada menos contra Gómez, que viene de desempeñar un papel más que digno en las PASO, le sería de gran provecho para tales pretensiones.
A nadie escapa que en la interna radical pulsean el senador nacional Oscar Castillo y el diputado nacional Brizuela del Moral, que están detrás de Páez y Pernasetti, respectivamente. Esto no significa que Páez sea castillista o Pernasetti brizuelista. Los dos máximos referentes de la UCR entienden que, para esta instancia de confrontación, una apertura podría resultarles beneficiosa. No obstante, el protagonismo de los castillistas bajo Páez es mucho más fuerte que el de los brizuelistas bajo Pernasetti. La gente enfilada con el ex intendente Ricardo Guzmán, por ejemplo, tiene mucha más visibilidad en el segundo caso que la de Brizuela del Moral, que se ha replegado. Tal repliegue obedece a cálculos estratégicos de Brizuela del Moral. El ex gobernador estima que una de las consecuencias de la interna podría ser el inicio de un proceso de cambios en el radicalismo que lo desplace de su condición de candidato más competitivo del FCS. Es un riesgo para él inmediato, que Castillo, con mandato como senador nacional hasta 2021 y lejos de aspiraciones gubernamentales, no corre.
Brizuela del Moral ha decidido exponerse lo menos posible en la interna partidaria para no desgastar su capital político y apostarlo en el momento para él más decisivo, que será el de la definición de las candidaturas para el año que viene. Dado el entusiasmo que los radicales suelen emplear en sus disputas intestinas, no sería improbable que el hecho de haber sido el gobernador que condujo al FCS a la derrota en 2011 se convirtiera en uno de los tópicos de la campaña. Si no participa activamente, en cambio, supone que estará en condiciones de facturar a sus socios los renunciamientos internos de ahora, por un lado, y que sumará a otros sectores del FCS-Cambiemos para enfrentar en las PASO a cualquier competidor porque no asoma hasta el momento ninguna figura que pueda traccionar votos con la misma eficacia que él, mal que les pese a quienes le objetan su tozudez. Espera además hacer pesar a nivel nacional su primacía en las encuestas entre los posibles pre-candidatos que se pusieron a circular en Cambiemos para confrontar con el Gobierno provincial el año que viene.
El Ancasti
