Juicio por el
asalto a la familia Sierralta, “Me pusieron el revólver en la cabeza”
Hablaron las víctimas. Los tres imputados declararon y admitieron los hechos ante el tribunal.
En la sala de debates de la Cámara en lo criminal de tercera nominación comenzaron a juzgar ayer a Fernando Colman y Marcos Retamar, acusados de ser coautores de robo calificado por el uso de armas y a Cristian Colman, sindicado como partícipe necesario del asalto registrado el 25 de mayo de 2013 en casa de la familia Sierralta en nuestro departamento Andalgalá. Los tres admitieron ser los responsables del ilícito.
Según explicaron los tres acusados, ninguno habría planeado el asalto. Colman y Retamar habían llegado desde Buenos Aires 5 días antes a la casa de Cristian Colman, hermano de uno y primo del segundo, porque les habría prometido darles una oportunidad de trabajo. Cristian vivía hace 10 años en Andalgalá y se dedicaba a la artesanía en piedra. Salvo Fernando, quien había cumplido hace años una condena en suspenso por un delito contra la propiedad, ni Retamar ni Cristian tenía antecedentes penales. Los dos coautores del robo explicaron que sus familias son de Buenos Aires y que no tenían dinero para subsistir. Esa noche habrían ido con los revólveres, que no funcionaban, y atacaron a Sierralta al azar, dijeron. Tras amenazarlo porque no tenía dinero en la vivienda, lo habrían llevado a la estación de Servicio de la que Sierralta es dueño, porque él se lo había ofrecido. Del lugar extrajeron 26 mil pesos. A Cristian lo habrían involucrado para que los "salve”. "Nos mandamos una macana le dijeron”, y aquél los llevó en camioneta a Capital, donde al no haber línea de colectivo disponible para llegar a su provincia, optaron por huir en taxi a Córdoba. Ambos fueron atrapados en el puesto caminero de Nueva Coneta. Para poder prestar declaración, el matrimonio Sierralta pidió que los acusados no estén presentes. Situación que el Tribunal les concedió. Así, el hombre fue el primero en hablar y relatar su vivencia y aseguró que el episodio le cambió la vida. "Te degradan como persona. A mi hija por el miedo que tenía, le dije que no cuente nada a la policía".
"Ellos sabían el nombres de todos mis hijos y mis nietos y me amenazaban con matarlos”, se quebró Marta Santillán. Ella estaba enferma y fue la más afectada psicológicamente por el hecho. "Saltaron sobre la cama y me pusieron el revólver en la cabeza”, señaló entre lágrimas.
Ella corroboró que los dos sujetos se habrían comunicado con un tercero para reclamarle porque en la casa no habría ni joyas ni dólares. El debate pasó a cuarto intermedio para hoy a las 9.