Cambiar para que
nada cambie
POR
JORGE LANATA
Cuánto tiempo
tardará la realidad en imponerse sobre el discurso? Cada vez están más
separados: el diálogo con los funcionarios se
ha vuelto imposible. Y, como el marido sorprendido en pleno engaño, niegan hasta
lo evidente. Los recambios del Gabinete son una muestra de que la realidad
horada el Relato, pero los anuncios posteriores muestran otra vez la alienación de quienes cambian para que nada
cambie.
Capitanich es un
“político profesional”: dice sólo lo que quiere decir y generalmente no dice
nada, pero lo hace con convicción. Kicillof es un chico malhumorado de Las
Heras y Uriburu. No se anima a hacerlo, pero con gusto le pegaría un microfonazo a cualquiera de los cronistas que lo
rodean haciéndole preguntas. No puede disimular su desprecio por ellos. Uno y
otro evitaron, siquiera, pronunciar la palabra “inflación”. “Variación de
precios”, dijo Kicillof.
“Expectativa
alcista”, deletreó Capitanich.
Los diccionarios de
sinónimos están a pleno. Inflación: maremágnum, multitud, opulencia,
prodigalidad, suba, alza, vanidad, desvalorización, encarecimiento,
especulación, infatuación, aumento, exceso. “Elevación notable del nivel de
precios con efectos desfavorables para la economía de un país”, dice la RAE. En
cualquier caso, se trata de
negarla.
La oposición no
existe y, convencida de que no se puede atacar a un igual apenas asume, cantan
loas a Capitanich y mastican elogios moderados para Kicillof. Nadie recuerda
quiénes son, de dónde vienen y qué lograron.
Jorge “Coqui”
Capitanich sólo pidió licencia en su cargo como gobernador del Chaco. Lo aprobó
la Legislatura local en un trámite exprés por 26 votos contra uno. Para decirlo
de otro modo: yo no le saldría de garante como jefe de Gabinete porque es obvio que piensa volver.
Coqui no fue, durante estos años, gerente de Disneylandia, sino gobernador del
Chaco, provincia en la que el sesenta por ciento de la población no tiene agua
potable y sólo el 24% tiene
una vivienda digna. La solución que Coqui encontró para este último
problema fue al menos polémica: Chaco fue el mayor banco de pruebas para el
plan de viviendas de las Madres y Schoklender y recibió 232 millones de pesos
del Gobierno nacional. Algunas obras se realizaron, otras quedaron pendientes.
La de gobernador no
es su única licencia. Capitanich es, a la vez, presidente
del Club Atlético Sarmiento, el más antiguo de la provincia y también el más
subsidiado por el gobierno local. Las torres de iluminación del estadio, por
ejemplo, se construyeron con fondos del Instituto Provincial de la Vivienda.
“La cuestión de
Aerochaco fue una de las peores inversiones de Capitanich”, le dice a Clarín el diputado provincial Livio
Gutiérrez. “Contrató dos aviones que decían que eran para fortalecer el turismo
desde Buenos Aires. Lo que sucedió fue que en cuatro años Aerochacoperdió 70
millones de pesos. No quedó nada, salvo algunos escritorios y una
computadora. Hoy por hoy lo único que hace el gobierno es vender los pasajes.
En 2011 perdió más de 9 millones de pesos y en 2010 más de 21 millones. Cada
siete pesos que vende invierte cien”.
“La provincia del
Chaco es el summun del Relato”, asegura otro diputado,
Carlos Martínez, de Libres del Sur. “Hay 100 mil personas que dependen del
Estado y otras 400 mil que dependen de los planes sociales; esa es la realidad
cruda de nuestra provincia”.
Axel Kicillof es
también un caso de pluriempleo:
además de ministro de Economía es presidente de la Comisión de Planificación y
Coordinación Estratégica del Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas,
miembro del directorio en Siderar e YPF y coordinador del Plan Procrear. Hoy, a
la vez, maneja todas las “cajas internacionales” y puso a gente de su confianza en 15 de las 30 empresas en las que
el Estado tiene representantes. Su única experiencia empresaria de vida
real fue pasar por Aerolíneas Argentinas (con un déficit de 1.452 millones de
pesos en el primer trimestre del año y sin balances presentados) e YPF (el
déficit energético superó los 6.000 millones de dólares en el primer semestre
de este año).
La alienación
realidad-discurso se completó esta semana con la salida de Moreno, despedido
como un héroe por 6 7 8 ( “¿Recuerdan
otro caso de tanta gente triste por la renuncia de un funcionario?” , se preguntaron) y comparado con
Malcom X por una carta abierta
de La Cámpora. El inventor de la barrera –y del consiguiente peaje– pasará
sus próximos años en Italia. Sus acólitos consiguieron juntar buenos ahorros
durante la gestión: María Lucía Pimpi Colombo reconoce en su declaración jurada
haber aumentado un 45% su patrimonio de un año a otro; Ana María Edwin,
directora del INDEC hizo lo propio en un 42% y Norberto Itzcovich, director
técnico del organismo, multiplicó
sus bienes por cinco entre 2011 y 2012.
Sin decir una sola
palabra sobre la derrota electoral, Cristina, rodeada de peluches y perritos,
anunció su decisión de
profundizar el modelo. Si seguimos los mismos pasos, ¿por qué el resultado
sería distinto?
–¿En qué momento se
corta la soga?
–En el primer
semestre del 2014, me dijo el viernes, en la radio, el ex presidente del Banco
Central, Aldo Pignanelli.
Hagan juego.
Investigación: JL /
María Eugenia Duffard / Amelia Cole