Exactamente a la 00.06 de la madrugada del domingo 8 de septiembre de 2002, un sonido agudo sacudió la tranquilidad que reinaba en el modesto hotel San Cristóbal Inn, donde se alojaba el cuartetero. Finalmente, la causa judicial por la muerte de Walter Olmos se cerró bajola carátula de "suicidio".
Pero, al día de hoy, sus fanáticos se siguen preguntándose qué pasó en esa trágica madrugada del 8 de septiembre de 2002.
Allí, en la habitación 22, un grupo de hombres paralizados por el horror se miraban sin poder comprender lo que había sucedido. Olmos yacía inerte en posición de cúbito dorsal sobre la cama después de descerrajarse un disparo sobre la sien derecha.
La bala quedó incrustada en su cráneo, y Walter sólo alcanzó a emitir un fuerte resoplido antes de morir. En el modesto cuarto de hotel donde el heredero de Rodrigo se alojaba siempre que desembarcaba en Buenos Aires, estaban Carlos Ponce, un tal Marcelo, otro integrante de la banda conocido como Galera -todos del grupo-, y Gabriel Passaro -hermano de la novia de Olmos y una especie de asistente del conjunto-.
Precisamente, este último declaró luego en la comisaría octava que Walter estaba jugueteando con una pistola Bersa calibre 22 largo, automática, que está registrada a nombre de una persona de Catamarca.
Hasta ese momento, el clima en la habitación era más que distendido. Todos estaban de muy buen humor y a punto de comer una humeante pizza de mozzarella.
Sobre una pequeña mesita había dos botellas de litro de cerveza helada, una de las cuales se encontraba por la mitad. El cuñado del cuartetero aportó más datos a los investigadores: "Primero Walter la tenía sin el cargador -agregó-. Acercaba el arma a nuestras cabezas y gatillaba. Y luego se apuntaba él y hacía lo mismo. Después colocó el cargador, pero como sabía que el arma estaba trabada, disparaba, pero la bala nunca salía. Así lo hizo con cada uno de nosotros, y comentó: '¿Vieron? No pasa nada porque está trabada, se los dije'. Entonces volvió a gatillar sobre su sien y ocurrió la tragedia. Su cabeza estalló y él sólo alcanzó a dar un suspiro. Fue terrible".
El resto de los testimonios coincidieron con los del cuñado del cantante. Por eso la policía no desconfió de los dichos de ninguno de los que lo acompañaban.
Según Criminalística de la Policía Federal, la habitación estaba bastante ordenada y el cuerpo de Olmos no presentaba signos de haber sido golpeado. Esto resulta trascendente, porque descarta la posibilidad de que haya existido una pelea en el cuarto.
Además, tampoco se encontraron restos de cocaína ni marihuana, y los resultados de la autopsia abonan la teoría de que se habría tratado de un accidente.
Mercedes Ayala-una de las mucamas del hotel- era una de las que bromeaba con Walter cada vez que lo veía. "Negro, no me vas a engañar con otra, eh -le decía cuando se lo encontraba -. A él le encantaba que lo jorobara. Era un tipo muy divertido. Lo abracé como siempre y noté que en la cintura tenía algo extraño. '¿Qué es eso?', le pregunté. 'Un celular, negra, no te preocupes', me contestó. 'Pero eso es un arma, dejate de joder', le insistí. 'No te preocupes, sólo la tengo para hacerles una joda a los pibes, pero no funciona', me aseguró".
Recordemos que el cantante era considerado el sucesor de Rodrigo Bueno, fallecido dos años antes que él, el 24 de junio de 2000. Fue con aquel con quien debutó profesionalmente.