El Lic. Julio Costello, de la UNCA, dijo que existe zona de riesgo II y que la ciudad y la gente son vulnerables.
La provincia geográficamente ubicada en zona sísmica de nivel de riesgo II moderada no está exenta de peligrosidad por movimientos telúricos. Para el Lic. en Geografía, profesor de Geomorfología de la UNCA, Julio Costello, los antecedentes que existen en la zona demuestran que los sismos pueden tener la intensidad similar o mayor que las sucedidas en México, considerando que si sucede algo similar en la ciudad, “sería una verdadero desastre” sobre todo porque la Capital es antigua y carece de un plan de edificación antisísmica, de una planificación, y de una población preparada para actuar ante catástrofes.
El especialista en estudios geógrafo- físicos fundamentó su apreciación con indicadores geológicos sobre porqué los habitantes de la región no estamos libres de un temblor. Considerando entre otros puntos que estamos en la Cordillera Andina, que se ubica dentro de lo conocido como “El Cinturón de Fuego del Pacífico” situado en las costas del océano Pacífico y se caracteriza por concentrar zonas de subducción, lo que ocasiona una intensa actividad sísmica. Incluye a Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, México, Estados Unidos, luego dobla a la altura de las Islas Aleutianas y baja por las costas e islas de Rusia, Japón, Taiwán, entre otras.
Dentro de la cordillera en Argentina, las zonas con mayor riesgo son entre otras, San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy y Catamarca.
“Que nosotros estemos en un área de riesgo moderado no significa que episodios como lo sucedido en el 2004 vuelvan a suceder. Fue curioso desde la ciencia no haber visto grandes desastres, salvo en la zona del epicentro donde medimos grietas de 50 metros de largo”, apuntó.
Para Costello, resulta llamativo que luego de la experiencia no se haya avanzado, más allá de los simulacros en esos años, en implementar nuevas tecnologías, o códigos de construcción antisísmica en la ciudad. Dijo que “mientras en países vecinos como Chile donde los edificios están preparados, aquí seguimos con ciudades antiguas y con construcciones sin previsiones que pueden generar consecuencias”.
“Las condiciones antisísmicas no significan que el lugar va a quedar en pie sino que dará el tiempo para poder salvar vidas. Pero lamentablemente no construimos con normas mínimas según informa el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), no construimos en función de una planificación, sino sobre lo espontáneo no lo planificado, lo vemos en los barrios en las construcciones cerca de los ríos. Vemos la mancha urbana cómo creció en los últimos años pero no vemos que se aplica para que esos habitantes de la ciudad enfrenten un sismo”, remarcó.
En cuanto al tipo de suelo que Catamarca tiene, Costello analizó las virtudes ante la inacción de los habitantes, apuntando a que “el valle está conformado por depósitos de naturaleza aluvial, excepto en el río del Valle. Ahora si comparamos con México, estamos mejor asentados, porque la ciudad azteca está asentada en una zona que fue pantano. Nosotros tenemos alguna posibilidad de resistir un poco, unos segundos más, en el caso de eventos naturales”.
Lamentó que a diferencia de los volcanes, los sismos no se puedan predecirse, ya que en la mayoría de los casos no se actúa preventivamente, pese a los antecedentes como en la provincia.
Olvido
En este contexto, El Ancasti le consultó al profesional sí la sociedad está concientizada y aún piensa en qué hacer ante un sismo, similar al ocurrido en el año 2004. El profesional opinó que “la sociedad tiende a olvidar los hechos, creo que la gente no tiene memoria de lo que fue el sismo y el susto, porque como las heridas cicatriza, ya nos olvidamos. Si fuéramos conscientes de aquello, la sociedad se construiría bajo normas sísmicas, hablamos de sociedad porque no solo tiene que ver el Estado, la obligación es de todos, del Estado y de la sociedad que debe sugerir políticas sobre la problemática” .
Sin ánimo de alarmar a la población, Costello sugirió a la población estar atenta, no solo a la peligrosidad de un sismo, también a la prevención en escuelas, en organismos públicos y controlar las construcciones tanto en la ciudad como fuera de la urbe.
“Si hay algo que podría matarme en la vida es un sismo porque conozco la mecánica y es terrible no es para alarmar, pero un evento sísmico como en México en Catamarca podría ser un verdadero desastre y no porque lo diga yo, sino fijémonos en las estadísticas de sismo en el mundo con similares características y veremos la evidencia y sus consecuencias. Las personas que viven en zonas como la nuestra, somos personas vulnerables.
Todos nos deberíamos preguntar cuántas veces en las escuelas dieron a conocer su protocolo de emergencia en caso de sismo, o en organismos oficiales o en los lugares públicos en puntos de reunión, y sabremos qué tan preparados están los alumnos, los profesores, y la sociedad en general”, culminó.
El sismo del año 2004 fue de 6.3
El temblor que sacudió Catamarca e hizo temblar a varias provincias vecinas, fue en las sierras de Ambato, el 7 de septiembre del 2004. Fue considerado en la escala de Richter como 6.3 calificado como terremoto de magnitud. Se produjeron varios destrozos materiales y unas 30 personas heridas. Durante los movimientos, una mujer de 68 años murió por un ataque de asma en la terminal lo que fue considerado como una muerte indirecta. El terremoto se produjo a las 8.53, 60 kilómetros al sudoeste de la capital de Catamarca, y fue el número 20 en importancia de los que se produjeron en el país. Fue seguido por otros dos movimientos, el último de los cuales se registró a las 12.23.
A 13 años del sismo, no hay explicación científica del porqué en consideración a otros sismos de igual magnitud la ciudad no sufrió grandes destrozos, los pobladores atribuyen a un milagro de la Virgen del Valle, algo que la ciencia no lo contempla.
En México
El terremoto de magnitud 7.1 sacudió México días pasados, fue al sureste de Axochiapan (Morelos). Según las informaciones disponibles, el temblor causó muertos y el derrumbe de muchos edificios en la ciudad. El terremoto fue el segundo en menos de dos semanas en el país, ya que el pasado 8 de septiembre, se detectó un temblor de magnitud 8.2 cuyo epicentro tuvo lugar en el estado de Chiapas. Ayer se registró otro de 6.1.
El Ancasti
