Si el organismo se ampara en el artículo 23, se considerará al xeneize responsable de los incidentes y pasarían los millonarios; si no, este fin de semana se jugarían los 45 minutos restantes; la Bombonera está clausurada.
Cuando el árbitro Darío Herrera anunció, a las 23.30 y después de exagerados 90 minutos, la suspensión del partido entre Boca y River, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, se inició un duelo entre dialéctico y deportivo.
Ocurre que del lado de Boca se aferran a que el organismo le aplique una sanción ejemplar al estadio (de hecho, desde la medianoche quedó clausurada para que se puedan hacer los peritajes y otras tareas), pero que no se enfoque en el equipo. Incluso, para meter presión, deslizaron una fecha probable: mañana, a las 15, en Vélez. Del lado de River, en cambio, ya afirman que la serie está concluida, y que ellos son los que accederán a los cuartos de final.
Lo concreto es que hoy la Conmebol debería informar qué determinación toma, para saber quién será el rival de Cruzeiro la próxima semana.
Por lo pronto, el plantel millonario quedó concentrado, y el de Boca se entrenará esta mañana, desde las 11.
¿Qué dice el reglamento?
Cualquier equipo por cuya responsabilidad se determine el resultado de un partido se considerará como perdedor por 3-0". El artículo 23 del Reglamento Disciplinario de la Conmebol es claro, pero en las próximas horas tendrá diferentes observaciones. La principal: se podría aplicar si consideran a Boca como responsable del ataque con gas pimienta a la manga de los futbolistas de River. De no ser así, y con el partido suspendido antes de que empiece el segundo tiempo, el cotejo podría continuar.
La clave para el futuro del superclásico por los octavos de final de la Copa Libertadores estará en los informes del árbitro Darío Herrera y del veedor boliviano Roger Bello, de Conmebol.
Fuente: canchallena.com
