Rusia y Corea
del Sur empataron en el último partido de la fecha
Tras
un fallo del arquero, los coreanos se pusieron en ventaja. Pero una rápida
respuesta les dio el empate al equipo ruso. El encuentro terminó 1 a 1.
En
el Arena Pantanal de Cuiabá, Mato Grosso, Rusia y Corea del Sur cerraron la
primera fecha de la Copa del Mundo. Con la experiencia de Fabio Capello, en el
banco de suplentes, los europeos intentaron comenzar su incursión en el Grupo H
del mismo modo que lo hizo Bélgica, que en primer turno superó a Argelia.
Fiel
a su estilo, el entrenador italiano decidió conformar un equipo mezquino, más
preocupado por defender el invicto de Igor Akinfeev, que proponer un juego
ofensivo. Sin embargo, la debilidad del conjunto asiático le permitía ciertas
libertades.
Mientras
el cronómetro de Néstor Pitana continuaba a su ritmo, los protagonistas
mantenían una actitud expectante. Con mucho temor, los rivales se analizaban
mutuamente sin generar agresiones. La paciencia reinaba en los 22 jugadores,
que basaban sus intervenciones en el toque corto y la previsibilidad.
La
pelota parada parecía ser el único argumento para llegar a las áreas, y el
potente disparo de Sergei Ignashevich fue la primera acción de riesgo en media
hora de partido. La buena respuesta de Sung-Ryong Jung evitó la conquista. En
cambio, Ja-Cheol Koo probó con un remate desde afuera del área, que se desvió
en un adversario. Por centímetros los "Tigres de Oriente" no
rompieron la monotonía del espectáculo.
En
el complemento hubo un cambio de mentalidad en Rusia. Un intento de Viktor
Faizulin, desactivado por el arquero coreano y un cabezazo de Vasiliy
Berezutski, que terminó en el lateral de la red, brindaron esperanzas de
entretenimiento. De todos modos, el marcador se mantenía intacto. Las réplicas
de Kook-Young Han y Sung-Yong Ki confirmaron la hipótesis.
Además,
las dudas que mostró Akinfeev en los tiros ejecutados por Young-Gwon Kim
amenazaban con una posible conquista asiática. Por lo tanto, cuando el reloj
del misionero marcaba los 23 minutos, Keun-Ho Lee efectivizó la amenaza que
brindaba el guardameta ruso. El reemplazante de Chu-Young Park probó de larga
distancia y la vulnerable reacción del hombre del CSKA de Moscú generó el
primer festejo de la noche.
El
golpe recibido hizo reaccionar a Fabio Capello, quien envió a Igor Denisov y
Alexander Kerzhakov a la cancha. Justamente, el atacante del Zenit de San
Petersburgo se hizo dueño de la pelota, y en una escena que se ensució por los
flojos despejes coreanos, anotó el 1 a 1. La paridad le devolvió la calma a los
rusos, y disminuyó la intensidad de su ofensiva.
En
el Arena Pantanal de Cuiabá, Mato Grosso, Rusia y Corea del Sur cerraron la
primera fecha de la Copa del Mundo. Con la experiencia de Fabio Capello, en el
banco de suplentes, los europeos intentaron comenzar su incursión en el Grupo H
del mismo modo que lo hizo Bélgica, que en primer turno superó a Argelia.
Fiel
a su estilo, el entrenador italiano decidió conformar un equipo mezquino, más
preocupado por defender el invicto de Igor Akinfeev, que proponer un juego
ofensivo. Sin embargo, la debilidad del conjunto asiático le permitía ciertas
libertades.
Mientras
el cronómetro de Néstor Pitana continuaba a su ritmo, los protagonistas
mantenían una actitud expectante. Con mucho temor, los rivales se analizaban
mutuamente sin generar agresiones. La paciencia reinaba en los 22 jugadores,
que basaban sus intervenciones en el toque corto y la previsibilidad.
La
pelota parada parecía ser el único argumento para llegar a las áreas, y el
potente disparo de Sergei Ignashevich fue la primera acción de riesgo en media
hora de partido. La buena respuesta de Sung-Ryong Jung evitó la conquista. En
cambio, Ja-Cheol Koo probó con un remate desde afuera del área, que se desvió
en un adversario. Por centímetros los "Tigres de Oriente" no
rompieron la monotonía del espectáculo.
En
el complemento hubo un cambio de mentalidad en Rusia. Un intento de Viktor
Faizulin, desactivado por el arquero coreano y un cabezazo de Vasiliy
Berezutski, que terminó en el lateral de la red, brindaron esperanzas de
entretenimiento. De todos modos, el marcador se mantenía intacto. Las réplicas
de Kook-Young Han y Sung-Yong Ki confirmaron la hipótesis.
Además,
las dudas que mostró Akinfeev en los tiros ejecutados por Young-Gwon Kim
amenazaban con una posible conquista asiática. Por lo tanto, cuando el reloj
del misionero marcaba los 23 minutos, Keun-Ho Lee efectivizó la amenaza que
brindaba el guardameta ruso. El reemplazante de Chu-Young Park probó de larga
distancia y la vulnerable reacción del hombre del CSKA de Moscú generó el
primer festejo de la noche.
El
golpe recibido hizo reaccionar a Fabio Capello, quien envió a Igor Denisov y
Alexander Kerzhakov a la cancha. Justamente, el atacante del Zenit de San
Petersburgo se hizo dueño de la pelota, y en una escena que se ensució por los
flojos despejes coreanos, anotó el 1 a 1. La paridad le devolvió la calma a los
rusos, y disminuyó la intensidad de su ofensiva.
Con
la repartición de puntos, Rusia y Corea se mantienen con las esperanzas de
avanzar a los octavos de final de la Copa del Mundo. En su próximo compromiso,
los del entrenador italiano se medirán frente a Bélgica, mientras que los
"Diablos Rojos" jugarán contra Argelia.
Fuente:
EL Esquiú