El pueblo peregrinó
junto a la Madre
del Valle
Miles
de fieles y devotos de la
Virgen del Valle renovaron su fe y amor incondicional. A lo
largo del recorrido de la
Procesión fueron sumándose los fieles hasta completar una
verdadera multitud que desbordó las calles de la ciudad.
Gente de todas las edades saludó
el paso de la
Procesión. Cuando finalmente la Imagen, custodiada por
agrupaciones gauchas arribó a la plaza 25 de Mayo, había transcurrido más de
una hora y media desde que partió la peregrinación.
De la
Procesión participaron numerosas delegaciones de peregrinos
llegados de todo el país a venerar a la Madre del Valle; también participaron
congregaciones del interior provincial, colegios de nuestra ciudad y numerosas
instituciones.
Luego de escuchar el mensaje final del obispo
Diocesano de Catamarca, Monseñor Luis Urbanc, se entonaron las estrofas del
Himno Nacional Argentino y se dieron por culminadas las festividades marianas,
y los miles de peregrinos y devotos de la Virgen regresaron a sus hogares con el objetivo
cumplido de haber rendido, una vez más, su tributo a la Madre del Valle.
PRESENCIA OFICIAL
La comitiva oficial estuvo encabezada por el
vicegobernador de la provincia de Catamarca, Dalmacio Mera, acompañado por
algunos ministros del Poder Ejecutivo y legisladores provinciales. También
estuvo presente el intendente de la
Capital, Raúl Jalil, y demás funcionarios comunales.
La obra de la plaza opacó la celebración
La obra que se inició en la plaza principal por
parte de la municipalidad de la
Capital y que aún continúa en marcha, fue uno de los mayores
impedimentos para los fieles que recorrieron cientos y hasta miles de
kilómetros para poder homenajear a la
Virgen del Valle.
La tradicional disposición del escenario, además
del vallado, ocasionó que quedaran escasos metros para que los fieles pudieran
apreciar la ceremonia de cierre de las festividades y despedir a la Virgen.
La obra no solo jugó una mala pasada visual y estética a la Solemne Procesión,
sino que también se instaló como una verdadera dificultad para la gente, que se
vio en medio de una multitud y con espacios limitados. La llegada de peregrinos
no masiva como en otros años fue quizás un aliciente en este aspecto, ya que si
la cantidad hubiera sido aún superior, las dificultades se habrían multiplicado.
Fuente: La Unión