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Abuso Sexual Infantil

Escrito por Agenciadenoticiaselnevado el domingo, 4 de mayo de 2014 | 3:56 p.m.

Abuso sexual infantil: una mirada preventiva
Dra. María de los Ángeles Palacio de Arato (*) Al contrario de la creencia popular, la mayor parte de los abusos sexuales perpetrados en contra de los niños, se comete dentro del ámbito del hogar.

Por ello es que para su prevención se requiere la toma de medidas concretas, las que comienzan con el conocimiento y la concientización de la problemática. Continúan con la observación del modo en que se vincula con los niños/jóvenes los adultos que se encuentran dentro y fuera del entorno y prosiguen por salir de los miedos, poniendo en la agenda familiar este tema dentro de los graves riesgos que atraviesa la infancia.

Por cierto, esta problemática no es nueva. No hay hoy más abusos de los que había antaño, lo que acontece es que el tema ha dejado de ser “tabú” y en muchos casos se está rompiendo el secretismo familiar, que desde siempre acompañó a todo lo que se refiriera a la sexualidad de las personas y sostuvo su imposibilidad de proveer un abordaje completo.

Puede existir violencia sexual entre miembros de una misma familia y personas de confianza, y entre conocidos y extraños. La violencia sexual puede tener lugar a lo largo de todo el ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, e incluye a mujeres y hombres, ambos como víctimas y agresores. Aunque afecta a ambos sexos, con más frecuencia es llevado a cabo en contra de las niñas, niños y mujeres dentro del entorno de hogar y de sus vinculaciones. La Organización Mundial de la Salud, en el año 2001, expresó con relación al abuso sexual infantil, es una actividad sexual que el niño no llega a comprender totalmente, a la cual no está en condiciones de dar consentimiento por estar evolutivamente inmaduro. Además de que estas conductas que involucran al niño como objeto son penalizadas por las leyes y reprobadas socialmente.

Siguiendo a María Alba Navarro, se puede decir “el abuso sexual de niñas/niños se manifiesta en actividades entre ellos y un adulto, -que por su edad o por su desarrollo- se encuentra en una posición predominante de responsabilidad y confianza o poder. Estas conductas tienen como objetivo básico la gratificación, sexual, de control y dominio del abusador.

Consecuencias de la violación y el abuso sexual infantil

En cuanto a las consecuencias, estudios efectuados en el nivel internacional, concluyen que las agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno, destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, efectos que requieren intervención profesional inmediata.

Si bien detectar el tema es complejo, se pueden mencionar algunos indicadores, que si bien no son exclusivos de la presencia de abuso, sí pueden permitir inferir algún tipo de problema en los niños, por lo que requiere su inmediata consulta, para abordar al diagnostico preciso que permita dar con el tratamiento correcto.

Estos son: desarrollo de estados fóbicos, pánicos o miedos repentinos; manifestaciones ansiosas y represivas; sentimientos de inseguridad y falta de confianza; terror ante la presencia de adultos; tristeza, culpabilidad y vergüenza; trastorno del sueño, terrores nocturnos y pesadillas, trastornos de alimentación, enuresis, encopresis, modificación del rendimiento escolar y aparición de dificultades de aprendizaje, aislamiento social, episodios de agresividad, interés excesivo o evitación de todo lo atinente a la sexualidad, juego sexual absolutamente inapropiado para su edad y masturbación compulsiva.

Con los años, las secuelas que frecuentemente se observan en la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su niñez,  refieren:

- Desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.
- Dificultades vinculares, en especial para confiar. Lo cual entorpece grandemente el proceso de terapia.
- Problemas de identificación sexual a su sexo biológico (lo cual se agrava si el abuso ha persistido en el tiempo). Problemas en  la vivencia  de su sexualidad.
- Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición inferior. Puede que la mujer abusada en su niñez se convierta en esposa maltratada-
- Problemas psicológicos crónicos de origen traumático.

Prevención de la violencia sexual

Es necesario utilizar las estrategias preventivas para evitar lo que se ha llamado el “balazo o disparo a la psiquis” por las consecuencias y secuelas que  causa.
Debe existir prevención primaria que deben llevar a cabo las familias, que debe comenzar por el fortalecimiento vincular. Es importante tener en cuenta que un gran número de mujeres ha sufrido en algún momento de su vida algún hecho de abuso sexual, y que esta experiencia puede jugarle de diversos modos en su vida. Por lo que es fundamental que las mujeres-madres revisen su propia historia en torno a esta problemática.

Repárese que para que haya abuso infantil debe haber por parte de un adulto un comportamiento seductor manifiesto, el que probablemente no ha seducido primero al niño, sino a sus progenitores, que le han abierto las puertas de su hogar o de su confianza. Este es un punto esencial: revise con quien deja los niños, no ponga en este punto las manos en el fuego por nadie. Recuerde que los pedófilos y abusadores son personas de apariencia común, buenos vecinos, solidarios, simpáticos y aceptados socialmente, todo lo cual torna más difícil que se crea en la versión del niño.

Considere que no es conveniente que los niños jueguen con niños de más edad con ellos, ni con sus familiares, vecinos o amigos que tengan más años que él, sin supervisación de algún adulto. No es que ellos sean malos ni pedófilos, sino que se encuentran en diferentes etapas evolutivas. Tampoco es recomendable que tenga vínculos estrechos  o que pase largas horas con personas adultas que si bien no están en el entorno familiar directo, forman parte de su vinculación, sin supervisación, como por ejemplo contactos escolares, gente que trabaja para el hogar, vecinos, de los cuales desconoce sus propias vivencias en lo atinente a la sexualidad. Es bueno que como sociedad despertemos a este intricado problema, que tantas lágrimas a lo largo de la vida causa. Evitar el tema del abuso es primordial por el bien de los niños pues ello reduce el daño físico y psicosocial que sufre toda víctima de violencia sexual.

Si desgraciadamente pasara por esta situación, son los profesionales del arte de curar los que se encuentran en una posición única para reconocer, documentar y responder a los casos individuales de agresión sexual. No consulte el tema con cualquier persona ni exponga la sexualidad de su niño a la vista de todos y sobre todo a la opinión de todo. Es imprescindible en la recuperación de la victima, la discreción y respetar el silencio de la víctima, quien aún puede estar en estado de shock por la circunstancia acontecida.

Se debe enfrentar a las consecuencias que la agresión supone. Tanto para la salud física como mental, incluyendo la prueba de embarazo, las pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual y su prevención, el tratamiento de lesiones y el apoyo psicológico.

Fuente: La Unión 


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