El
6 de Febrero de 1934 por Ley 12.103 se crean los Parques Nacionales Iguazú,
Nahuel Huapi, Lanín, Los Alerces, Perito Moreno, Los Glaciares, Laguna Blanca y
Tierra del Fuego.
La
historia de nuestros parques nacionales se remonta al año 1903, cuando
Francisco P. Moreno dona tres leguas cuadradas a orillas del Lago Nahuel Huapi
para ser destinadas a crear un “parque nacional público”. En la década de 1920,
se estableció el Parque Nacional del Sud, antecesor del Nahuel Huapi; también
se compraron 75000 hectáreas alrededor de las Cataratas del Iguazú con destino
a la formación de un parque nacional. En 1934, la ley 12103 creó la Dirección
de Parques Nacionales e instituyó el régimen de funcionamiento de las áreas
confiadas a su jurisdicción. A partir de esta fecha se fueron incorporando a
ellas muestras del patrimonio natural dependientes de distintas jurisdicciones:
nacional, provincial, municipal, universitarias y privadas. A mediados de siglo
XIX, debido a los avances tecnológicos en la actividad forestal y el avance de
las fronteras agropecuarias, se empezó a tomar conciencia de que la naturaleza
no es inagotable; por lo tanto, se comenzó a valorar a los parques como la
única manera de conservar intactos los ecosistemas (asociaciones entre un medio
físico-químico específico y una comunidad de organismos vivos). Así nacieron
varios parques, por ejemplo El Rey para conservar la selva montana. Además como
resultado de un convenio entre la Administración de Parques Nacionales y la
Universidad Nacional de Tucumán, se creó un Instituto para la Administración de
las Áreas Naturales Protegidas con el objetivo de formar guardaparques
profesionales, quienes se ocupan del cuidado de las áreas y de tareas de apoyo
a la investigación científica, como la recolección de información de campo o la
colocación de radiocollares a animales de bajo estudio. A casi un siglo de la
donación de Francisco P. Moreno, la red del parque nacional apenas tiene una
superficie de 1% del territorio argentino, contando las restantes
jurisdicciones (provinciales, municipales, etcétera) se alcanza al 4,3% del
total del país. Estas cifras tan reducidas ubican a la Argentina entre los
países que poseen menor porcentaje de su territorio destinado a áreas naturales
protegidas; situación lamentable, por cierto, teniendo en cuenta la extensión y
diversidad ecológica del país. Otro tanto sucede con la cantidad de
guardaparques, apenas unos doscientos para cuidar todas las áreas protegidas,
lo que representa un promedio de 15000 hectáreas por guardaparque.