URGE UNA NUEVA
Las fuerzas policiales de la provincia quedarían muy mal
paradas si pudiese sometérselas a algo así como una tomografía computada que
permitiera conocer las impurezas éticas de sus componentes.
Siempre se ha
sabido de policías violentos, asociados con los delincuentes y autores de
robos.
Pero la información llegada de Andalgalá revela que algo más
grave se ha denunciado ahora contra cuatro comisarios que habrían estado
induciendo a un joven de 22 años a cometer delitos cuya "renta" se
repartían entre ellos y el no policía.
La denuncia, presentada por la hermana del acosado sostiene
que esto ocurrió entre los 16 y 21 años: se le liberaba la zona y se le
marcaban las viviendas elegidas para el despojo, por lo que el éxito de las
operaciones estaba descartado.
Ocurrió que cuando el asediado
llegó a su mayoría de edad, debió cumplir una condena efectiva. Según su
hermana, al salir en libertad se juró abandonar para siempre la vida delictiva.
Los policías denunciados quisieron seguir manipulando a quien les había dado
tanto beneficio. Lo encontraron, le hicieron la propuesta, pero obtuvieron sólo
el rechazo más enfático. Entonces, lo amenazaban y hasta lo golpeaban. En el
fin de semana anterior, lo abordó uno de los infieles servidores del orden,
quien le comunicó que la zona estaba "limpia" para el golpe. Como la
respuesta fue negativa, el uniformado lo dejó con esta advertencia:
"Pensalo. No esperamos un no de respuesta, si no te armamos una causita o
te c... matando”.
El nuevo jefe de Policía, Julio César Gutiérrez reveló que
los cuatro policías del episodio ya habían sido sumariados por mal manejos de
fondos y que el caso ahora denunciado será investigado prolijamente.
Casos como éste no son una novedad, pero sí lo son en
Catamarca, donde podría creerse que se ha descubierto un "yacimiento"
delictivo nuevo.
El suceso aparece cuando distintos barrios de la ciudad
claman por seguridad. La política tal vez hizo en estos días que la información
sobre robos, asaltos y arrebatos pasara a un segando lugar. Apenas pasadas las
elecciones, ha resurgido, como agua malsana, y ha venido a relativizar la
sensación de un cambio favorable con motivo de la designación de las nuevas
autoridades de la Policía y los primeros actos de su gestión.
Fuente:http://www.elancasti.com.ar/
