Bon Jovi vuelve 20 años después
El grupo norteamericano se presentó en Córdoba en el año 1993. Vino a Argentina a presentar su disco “Keep the faith” en el entonces estadio Chateau Carreras, frente a unas 8 mil personas.
La primera vez que Bon Jovi estuvo en Córdoba fue 20 años atrás. De momento, es el único show que el grupo de Nueva Jersey dio en la ciudad cordobeza, el 11 de noviembre de 1993 en el estadio Chateau Carreras, situación que, de no mediar inconvenientes, se repetirá el 18 de septiembre próximo en el mismo lugar, el hoy Mario Alberto Kempes. Pero habrá un cambio importante, más allá de los años transcurridos: no estará sobre el escenario Richie Sambora, miembro fundador del grupo y socio creativo de Jon Bon Jovi, quien acaba de ser despedido del grupo por diferencias económicas. Su reemplazo es Phillip Xenidis, un guitarrista que percibe un sueldo mensual significativamente menor. El grupo llega en el marco de la gira “Because we can”, que celebra sus tres décadas de carrera.
En su primera visita a Córdoba, la banda llegaba en un momento completamente diferente. Vino a presentar Keep the faith (1992), un disco bajo las órdenes del productor Bob Rock que se alejaba un poco del glam rock de sus inicios para ofrecer algo más directo y sin tanta parafernalia. “La principal modificación de este show es que no es como el de Madonna o el de Michael Jackson, con bailarines y toda esa parafernalia de imagen. El nuestro tendrá sólo rock and roll”, explicaba el cantante en una entrevista de ese tiempo, para dejar en claro que el grupo buscaba diferenciarse de lo que ofrecían en vivo las estrellas pop de ese momento.
Su concierto en Córdoba tuvo una puesta algo austera para las dimensiones de la banda, pero además algunos problemas de sonido, de acuerdo con las crónicas de la época. Bon Jovi abrió con I believe, de su reciente álbum, y luego le siguió el primer clásico, You give love a bad name. Fueron un total de 18 canciones, una lista que incluyó numerosos hits y hasta un cover de Elvis Presley, frente a unas 8 mil personas. En su mayoría, el público estuvo conformado por adolescentes, que intentaron seguir el rastro de la banda (y de Jon, más específicamente) tanto dentro como fuera del estadio. El vocalista y líder del grupo era un imán para la platea femenina a raíz de su sex appeal y su gran caudal vocal, aunque aquella noche no estuvo a su mejor nivel.
“El paso de Bon Jovi por nuestra ciudad rompió muchos corazones y ningún esquema”, se lee en una cobertura escrita por Raúl Ortiz para el diario Página 12 Córdoba, publicada el 13 de noviembre de 1993.
El concierto cordobés de Bon Jovi cerró con Livin’ on a prayer, final que puede repetirse en pocos días, cuando la agrupación norteamericana regrese. Esta vez será sin Sambora y Jon Bon Jovi estará algo más viejo, una situación que seguramente se repetirá en algunos de los espectadores que volverán a vivir la experiencia.
Un show sin twitter
Por Rossana Vanadía
Glam, rock y fervor ilimitado se sucedieron hace 20 años cuando los conciertos se veían en directo casi salpicados por el sudor de los músicos. Sin mediar un lente digital del celular o la cámara, el “vivo” tenía ese sabor caliente de las camisetas mojadas y los cabellos pegajosos.
Esos chicos que fueron a arengar a Jon Bon Jovi entonces, hoy tal vez se acomoden en butacas o escuchen jazz, y los que apenas caminaban, buscarían wi fi para twittear el espectáculo ante cualquier movimiento de los músicos y así multiplicar la dicha de la presencia en formato virtual.
Cuando la banda de Nueva Jersey pisó suelo cordobés sorprendió, porque las visitas ilustres eran escasas. La suerte cambió y en la década de 1990 pudimos ver a Duran Duran, Aerosmith, Peter Gabriel e INXS, entre otros, y no justamente en momentos en que sus carreras estaban en baja.
Como haciendo honor a las tormentas e inundaciones que se sucedían por esos días, Jon Bon Jovi se lució con un show apto para el suspiro y el agite. Las cruces de sal trazadas en pos de detener la lluvia permitieron un show digno que cumplió con los deseos de aquellos fans.
La prensa tuvo el honor de asistir a la entrega de los Discos de Oro y Platino por las ventas logradas con Keep the faith en un hotel frente a La Cañada. Afuera, el cielo se venía abajo y como es habitual, Córdoba se quedó a oscuras. La gente hacía cola en el estadio mundialista y los productores rogaban a los dioses del olimpo poder mantener la fe o la paz que predicaba Bon Jovi en su disco.
Los teloneros fueron los porteños Parte del Asunto, de quienes desconozco si activaron a partir de este siglo. Luego abrieron fuego los embajadores del glam que habíamos visto sobrevolar el público en el inolvidable clip Living on a prayer con un Bon Jovi pelilargo y que llegó acá con look cambiado, corto y prolijo. Promediando el show (¿adivinan?) se calzó la camiseta de la selección con una inscripción que decía “Ritmo” por el programa de Tinelli. Más tarde, la banda no saludó en el atrio sino en Factory, un boliche del Cerro. Y hasta hubo frutilla en el postre: el rubio olvidó su campera de cuero. Pero no desesperen buscando quién la tiene ahora: la mandó a pedir desde Buenos Aires, cuando hizo escala para tocar en Vélez. En plena era menemista… se podría haber llevado cientos de camperas de buen cuero argentino ¿no?
En vivo
Bon Jovi se presenta el 18 de septiembre en el estadio Mario Alberto Kempes. Las entradas anticipadas se pueden adquirir en Ticketek.com.ar, Disquería Edén (Obispo Trejo 15), Locuras (9 de Julio 451) y el Dino Mall de Rodríguez del Busto.
El grupo norteamericano se presentó en Córdoba en el año 1993. Vino a Argentina a presentar su disco “Keep the faith” en el entonces estadio Chateau Carreras, frente a unas 8 mil personas.
La primera vez que Bon Jovi estuvo en Córdoba fue 20 años atrás. De momento, es el único show que el grupo de Nueva Jersey dio en la ciudad cordobeza, el 11 de noviembre de 1993 en el estadio Chateau Carreras, situación que, de no mediar inconvenientes, se repetirá el 18 de septiembre próximo en el mismo lugar, el hoy Mario Alberto Kempes. Pero habrá un cambio importante, más allá de los años transcurridos: no estará sobre el escenario Richie Sambora, miembro fundador del grupo y socio creativo de Jon Bon Jovi, quien acaba de ser despedido del grupo por diferencias económicas. Su reemplazo es Phillip Xenidis, un guitarrista que percibe un sueldo mensual significativamente menor. El grupo llega en el marco de la gira “Because we can”, que celebra sus tres décadas de carrera.
En su primera visita a Córdoba, la banda llegaba en un momento completamente diferente. Vino a presentar Keep the faith (1992), un disco bajo las órdenes del productor Bob Rock que se alejaba un poco del glam rock de sus inicios para ofrecer algo más directo y sin tanta parafernalia. “La principal modificación de este show es que no es como el de Madonna o el de Michael Jackson, con bailarines y toda esa parafernalia de imagen. El nuestro tendrá sólo rock and roll”, explicaba el cantante en una entrevista de ese tiempo, para dejar en claro que el grupo buscaba diferenciarse de lo que ofrecían en vivo las estrellas pop de ese momento.
Su concierto en Córdoba tuvo una puesta algo austera para las dimensiones de la banda, pero además algunos problemas de sonido, de acuerdo con las crónicas de la época. Bon Jovi abrió con I believe, de su reciente álbum, y luego le siguió el primer clásico, You give love a bad name. Fueron un total de 18 canciones, una lista que incluyó numerosos hits y hasta un cover de Elvis Presley, frente a unas 8 mil personas. En su mayoría, el público estuvo conformado por adolescentes, que intentaron seguir el rastro de la banda (y de Jon, más específicamente) tanto dentro como fuera del estadio. El vocalista y líder del grupo era un imán para la platea femenina a raíz de su sex appeal y su gran caudal vocal, aunque aquella noche no estuvo a su mejor nivel.
“El paso de Bon Jovi por nuestra ciudad rompió muchos corazones y ningún esquema”, se lee en una cobertura escrita por Raúl Ortiz para el diario Página 12 Córdoba, publicada el 13 de noviembre de 1993.
El concierto cordobés de Bon Jovi cerró con Livin’ on a prayer, final que puede repetirse en pocos días, cuando la agrupación norteamericana regrese. Esta vez será sin Sambora y Jon Bon Jovi estará algo más viejo, una situación que seguramente se repetirá en algunos de los espectadores que volverán a vivir la experiencia.
Un show sin twitter
Por Rossana Vanadía
Glam, rock y fervor ilimitado se sucedieron hace 20 años cuando los conciertos se veían en directo casi salpicados por el sudor de los músicos. Sin mediar un lente digital del celular o la cámara, el “vivo” tenía ese sabor caliente de las camisetas mojadas y los cabellos pegajosos.
Esos chicos que fueron a arengar a Jon Bon Jovi entonces, hoy tal vez se acomoden en butacas o escuchen jazz, y los que apenas caminaban, buscarían wi fi para twittear el espectáculo ante cualquier movimiento de los músicos y así multiplicar la dicha de la presencia en formato virtual.
Cuando la banda de Nueva Jersey pisó suelo cordobés sorprendió, porque las visitas ilustres eran escasas. La suerte cambió y en la década de 1990 pudimos ver a Duran Duran, Aerosmith, Peter Gabriel e INXS, entre otros, y no justamente en momentos en que sus carreras estaban en baja.
Como haciendo honor a las tormentas e inundaciones que se sucedían por esos días, Jon Bon Jovi se lució con un show apto para el suspiro y el agite. Las cruces de sal trazadas en pos de detener la lluvia permitieron un show digno que cumplió con los deseos de aquellos fans.
La prensa tuvo el honor de asistir a la entrega de los Discos de Oro y Platino por las ventas logradas con Keep the faith en un hotel frente a La Cañada. Afuera, el cielo se venía abajo y como es habitual, Córdoba se quedó a oscuras. La gente hacía cola en el estadio mundialista y los productores rogaban a los dioses del olimpo poder mantener la fe o la paz que predicaba Bon Jovi en su disco.
Los teloneros fueron los porteños Parte del Asunto, de quienes desconozco si activaron a partir de este siglo. Luego abrieron fuego los embajadores del glam que habíamos visto sobrevolar el público en el inolvidable clip Living on a prayer con un Bon Jovi pelilargo y que llegó acá con look cambiado, corto y prolijo. Promediando el show (¿adivinan?) se calzó la camiseta de la selección con una inscripción que decía “Ritmo” por el programa de Tinelli. Más tarde, la banda no saludó en el atrio sino en Factory, un boliche del Cerro. Y hasta hubo frutilla en el postre: el rubio olvidó su campera de cuero. Pero no desesperen buscando quién la tiene ahora: la mandó a pedir desde Buenos Aires, cuando hizo escala para tocar en Vélez. En plena era menemista… se podría haber llevado cientos de camperas de buen cuero argentino ¿no?
En vivo
Bon Jovi se presenta el 18 de septiembre en el estadio Mario Alberto Kempes. Las entradas anticipadas se pueden adquirir en Ticketek.com.ar, Disquería Edén (Obispo Trejo 15), Locuras (9 de Julio 451) y el Dino Mall de Rodríguez del Busto.
En su primera visita a Córdoba, la banda llegaba en un momento completamente diferente. Vino a presentar Keep the faith (1992), un disco bajo las órdenes del productor Bob Rock que se alejaba un poco del glam rock de sus inicios para ofrecer algo más directo y sin tanta parafernalia. “La principal modificación de este show es que no es como el de Madonna o el de Michael Jackson, con bailarines y toda esa parafernalia de imagen. El nuestro tendrá sólo rock and roll”, explicaba el cantante en una entrevista de ese tiempo, para dejar en claro que el grupo buscaba diferenciarse de lo que ofrecían en vivo las estrellas pop de ese momento.
Su concierto en Córdoba tuvo una puesta algo austera para las dimensiones de la banda, pero además algunos problemas de sonido, de acuerdo con las crónicas de la época. Bon Jovi abrió con I believe, de su reciente álbum, y luego le siguió el primer clásico, You give love a bad name. Fueron un total de 18 canciones, una lista que incluyó numerosos hits y hasta un cover de Elvis Presley, frente a unas 8 mil personas. En su mayoría, el público estuvo conformado por adolescentes, que intentaron seguir el rastro de la banda (y de Jon, más específicamente) tanto dentro como fuera del estadio. El vocalista y líder del grupo era un imán para la platea femenina a raíz de su sex appeal y su gran caudal vocal, aunque aquella noche no estuvo a su mejor nivel.
“El paso de Bon Jovi por nuestra ciudad rompió muchos corazones y ningún esquema”, se lee en una cobertura escrita por Raúl Ortiz para el diario Página 12 Córdoba, publicada el 13 de noviembre de 1993.
El concierto cordobés de Bon Jovi cerró con Livin’ on a prayer, final que puede repetirse en pocos días, cuando la agrupación norteamericana regrese. Esta vez será sin Sambora y Jon Bon Jovi estará algo más viejo, una situación que seguramente se repetirá en algunos de los espectadores que volverán a vivir la experiencia.
Un show sin twitter
Por Rossana Vanadía
Glam, rock y fervor ilimitado se sucedieron hace 20 años cuando los conciertos se veían en directo casi salpicados por el sudor de los músicos. Sin mediar un lente digital del celular o la cámara, el “vivo” tenía ese sabor caliente de las camisetas mojadas y los cabellos pegajosos.
Esos chicos que fueron a arengar a Jon Bon Jovi entonces, hoy tal vez se acomoden en butacas o escuchen jazz, y los que apenas caminaban, buscarían wi fi para twittear el espectáculo ante cualquier movimiento de los músicos y así multiplicar la dicha de la presencia en formato virtual.
Cuando la banda de Nueva Jersey pisó suelo cordobés sorprendió, porque las visitas ilustres eran escasas. La suerte cambió y en la década de 1990 pudimos ver a Duran Duran, Aerosmith, Peter Gabriel e INXS, entre otros, y no justamente en momentos en que sus carreras estaban en baja.
Como haciendo honor a las tormentas e inundaciones que se sucedían por esos días, Jon Bon Jovi se lució con un show apto para el suspiro y el agite. Las cruces de sal trazadas en pos de detener la lluvia permitieron un show digno que cumplió con los deseos de aquellos fans.
La prensa tuvo el honor de asistir a la entrega de los Discos de Oro y Platino por las ventas logradas con Keep the faith en un hotel frente a La Cañada. Afuera, el cielo se venía abajo y como es habitual, Córdoba se quedó a oscuras. La gente hacía cola en el estadio mundialista y los productores rogaban a los dioses del olimpo poder mantener la fe o la paz que predicaba Bon Jovi en su disco.
Los teloneros fueron los porteños Parte del Asunto, de quienes desconozco si activaron a partir de este siglo. Luego abrieron fuego los embajadores del glam que habíamos visto sobrevolar el público en el inolvidable clip Living on a prayer con un Bon Jovi pelilargo y que llegó acá con look cambiado, corto y prolijo. Promediando el show (¿adivinan?) se calzó la camiseta de la selección con una inscripción que decía “Ritmo” por el programa de Tinelli. Más tarde, la banda no saludó en el atrio sino en Factory, un boliche del Cerro. Y hasta hubo frutilla en el postre: el rubio olvidó su campera de cuero. Pero no desesperen buscando quién la tiene ahora: la mandó a pedir desde Buenos Aires, cuando hizo escala para tocar en Vélez. En plena era menemista… se podría haber llevado cientos de camperas de buen cuero argentino ¿no?
En vivo
Bon Jovi se presenta el 18 de septiembre en el estadio Mario Alberto Kempes. Las entradas anticipadas se pueden adquirir en Ticketek.com.ar, Disquería Edén (Obispo Trejo 15), Locuras (9 de Julio 451) y el Dino Mall de Rodríguez del Busto.