Este es un buen título para definir las acciones de algunos amigos de la prensa que responde al gobierno provincial y a una que otra empresa privada, con específicos intereses en Andalgalá.
Muchos de estos periodistas deambulan constantemente por el palacio municipal, buscando sacar provecho político de alguna situación desafortunada que podría producirse en dicho lugar. Muchas veces también incentivan desestabilización contra el actual intendente. Por eso decimos que son hechos que carecen de imparcialidad. Ninguno de estos periodistas se presentan en instituciones que dependen de la órbita provincial para preguntar qué es lo que pasa o que necesitan.
Y así podemos contabilizar situaciones que nadie transmite y la padecen muchos andalgalenses, y no cuentan cosas como por ejemplo, que en la sede policial no tienen sillas para que la gente que va a realizar un trámite se puedan sentar cómodamente; que muchas veces tampoco tiene una resma de papel para levantar una denuncia; que carecen de combustible para el único vehículo que poseen.
Tampoco se dice que los docentes deben llevar un foco, o pedirle a los alumnos para iluminar las aulas donde se educa; que las pérdidas de agua en las calles no se arreglan porque carecen del material necesario. No se cuenta que el hospital zonal muchas veces no hay remedios y que una persona debe pagar tres mil pesos como mínimo para que la trasladen en la ambulancia hacia la capital provincial. Nada, nada de estos dicen los periodistas que según ellos trabajan de manera independiente y objetiva. Por ahora sólo parecen centrarse en la insistencia de un ataque furtivo contra el ejecutivo y algunos concejales que aprobaron una ordenanza que le es hostil a los intereses de sus jefes políticos y económicos.
