Como cada 25 de abril, se conmemora el Día Internacional Contra el Maltrato Infantil, una fecha que nos invita a reflexionar acerca de la tarea diaria que llevamos adelante y también de aquellos desafíos pendientes que contribuyen a identificar y prevenir las múltiples violencias que padecen niñas, niños y adolescentes.
A diferencia de otros delitos, las estadísticas no dan cuenta de la dimensión de esta problemática dado que no es fácilmente cuantificable. Entre otros factores, debido a que las denuncias pueden ingresar y ser abordadas por distintos canales, efectores y dispositivos o por tratarse de distintos tipos de violencias, donde las víctimas pueden ser directas o indirectas. Y en este sentido, sostenemos que la principal dificultad para abordar este flagelo radica en aquellas violencias que aún no fueron denunciadas y permanecen invisibilizadas.
Cuando dialogamos e intercambiamos experiencias con las distintas instituciones que trabajan con niñas, niños y adolescentes, hay datos que nos interpelan y nos obligan a estar alertas, a trabajar mancomunadamente para proteger y hacer respetar sus derechos.
De acuerdo con los datos que brinda la Organización Mundial de la Salud, una de cada cinco mujeres y uno de cada trece hombres recién al llegar a su adultez pueden relatar haber sido víctimas de abuso en la infancia. Esto da cuenta de lo difícil y doloroso que es para las niñas, niños y adolescentes atravesar y poder denunciar este grave delito.
A su vez, el 80 por ciento de los maltratos relevados son perpetrados por conocidos o familiares de las víctimas, es decir: ocurren intramuros.
Ante esta grave problemática debemos tener un compromiso insoslayable que involucre a toda la comunidad y sea constante. Y también requiere, por parte de los organismos que protegemos los derechos de los niños, un trabajo sistemático y sostenido. Profundizando y mejorando día a día los abordajes que permitan prevenir y erradicar las violencias contra niñas niños y adolescentes.
Siempre hay señales, hay indicadores, solo tenemos que poder identificarlos. Y para ello es esencial concientizarnos, formarnos, conocer las instituciones que protegen sus derechos y fomentar, ante cualquier sospecha de violencia, la denuncia.
La denuncia puede ser anónima. La denuncia pone en marcha todo el sistema integral de protección de derechos de la infancia y adolescencia. Y es tan vital, que puede rescatar a la víctima de su círculo de violencia.
La prevención y la denuncia siguen siendo las herramientas fundamentales para visibilizar y erradicar las violencias hacia los niños. Son poderosas y están en nuestras manos.
Dirección de la Mujer, Niñez y Familia a cargo de su Directora María Isabel Casas
MUNICIPALIDAD DE ANDALGALÁ - GESTIÓN PROFESOR ALEJANDRO PÁEZ
MEJOR ENTRE TODOS
Dirección de la Mujer, Niñez y Familia a cargo de su Directora María Isabel Casas
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