Investigan caso de “grooming” en Andalgalá
El caso es investigado por la Justicia. En allanamientos se halló material probatorio.
La Justicia de Andalgalá, investiga por estos momentos la denuncia del padre de un menor de edad que señaló que su hijo era víctima de “grooming” en la ciudad de Andalgalá. Dos allanamientos se realizaron ayer a la tarde y uno de ellos dio resultados positivos, encontrándose material pornográfico que enviaría a sus víctimas.
Es la primera vez que se hace una denuncia de este tipo en la jurisdicción.
Si bien hasta el momento no se llevó a cabo ningún arresto, se investiga como sospechoso a un joven de 21 años, en cuyo hogar se encontraron los dispositivos (computadora y celular) desde donde presuntamente enviaba el material explícito a los menores de edad.
Fuentes judiciales indicaron que el sospechoso habría asegurado que se utilizó un perfil de Facebook con su nombre para realizar el acoso, pero esto será determinado por las correspondientes pericias.
Los procedimientos se llevaron a cabo con la autorización del Juzgado de Menores y de Control de Garantías, a cargo del juez Rodolfo Cecenarro.
Teniendo en cuenta que no existen precedentes de casos de este delito en el mencionado departamento, se pidió a los padres de niños y adolescentes que hayan tenido experiencias de este tipo, que pongan en conocimiento de esto a la Justicia.
Acoso virtual
Cabe recordar que el “grooming” es un ciberdelito sexual que comprende acciones que deliberadamente lleva a cabo un adulto con la intención de establecer lazos de amistad con un niño o niña en internet, con el propósito de obtener su propia satisfacción. En general, el mayor se hace pasar por una persona cercana a la edad de la víctima y le inspira confianza para que ésta le proporcione material comprometedor (como fotos o videos en situaciones sexuales y/o de desnudez) que más adelante utilizará para extorsionarla. Con la amenaza de difundir el material, el acosador puede intentar obligar al niño a mantener relaciones íntimas con él para que las amenazas no se concreten.
En el inicio del intercambio, el mayor le envía material pornográfico para animar a la víctima a que haga lo mismo.