Recordando a Franco
Garelli
Todos tienen un artista favorito “nacional”, grande, ya galardonado, reconocido, ese, el que si escuchas su voz, le subes el volumen a la radio, como Abel Pintos, Maluma, etc.
Mi artista favorito no llegó a los escenarios más destacados de este país, no fue recompensado en vida por todo lo que dio por la cultura, pero está en mi pedestal.
Franco Garelli, fue un intérprete excepcional, no sólo en lo artístico sino en lo personal, era mágico verlo tocar (sin pedírselo, sin compromiso, sólo por el amor al arte). Era un “guitarrista” nos hipnotizaba… Su luz lo hacía brillar!
Mi niñez:
Cuando somos niñas, la vida es sólo para jugar, pero mi recuerdo tiene como centro “A mí Flautista-Guitarrista” cantándome el feliz cumpleaños, infaltable. Me sentaba a escucharlo y a ser su compañera en fantasías y ahora en anhelo.
Hoy y cada vez que lo escucho en mi mente, vuelvo a ser una niña! Una niña felíz. Me enseño que nuestro Folklore (el catamarqueño y del corazón) es el mejor que existe. A hacerlo propio y a valorar nuestras raíces.
Pero no voy a hablar solo de lo bueno, porque nos dejó cosas negativas pero necesarias: nos enseñó que nada dura para siempre, lo cual nos hace pensar en la vida efímera, una vida en “la que hoy estamos y mañana no sabemos”.
Sin embargo, me dejó un vacío tan grande en el pecho, que sólo lo dejan las personas importantes, esas personas que te enseñan y se van; dejándote un aprendizaje que hace que lo recuerdes toda la vida aún cuando no lo veas!
Pero aquí un poquito de retribución de todo lo que me diste, ya que los artistas viven a través de la escritura y de lo que queda asentado… Mientras persista “escrito” él vivirá, este es uno de los trabajos de la Literatura, entonces, hagamos de Franco algo literario, y hasta poético!
Sin más que decir, saludos!
Prof. Esther Villagra
