Otro subsidio en
entredicho
La administración de San Fernando del Valle de Catamarca está otra vez en entredicho por aportes monetarios al club Unión Aconquija. En esta oportunidad se trata de $100 mil que se le concedieron para financiar charlas deportivas de los jugadores de la institución en escuelas, centros vecinales y sedes de participación vecinal, en el marco de un supuesto “programa social” que consistía, de acuerdo con lo que dice el decreto, en que los deportistas compartieran “sus experiencias y vivencias en los diferentes clubes de nuestro país, promoviendo el deporte y permitiendo a nuestros jóvenes aprender en forma directa y conocer las virtudes de la práctica deportiva”. El dinero se emplearía en cubrir gastos de traslado, alojamiento, comida y elementos didácticos, entre otras cosas.
De estas charlas no se tienen noticias. Se sabe en cambio que el plantel de Unión Aconquija se disolvió tras jugar el último cotejo de la temporada, el 20 de mayo pasado, dos días antes de que se firmara el decreto de los $100 mil, y que hubo conflictos con algunos jugadores por deudas. Las direcciones municipales de Deportes y Recreación, de Centros Vecinales , SEPAVES y Entidades Civiles y de Educación No Formal no pudieron precisar fecha o lugar de ninguna charla deportiva protagonizada por futbolistas “estancieros” o de otro club y hasta se mostraron sorprendidos ante la requisitoria de este diario. Tampoco sabían nada sobre ellas los responsables de ninguno de los 11 SEPAVES que fueron consultados, aunque algunos estimaron que sería “una iniciativa muy interesante para mostrarles ejemplos a nuestros niños”. Una pena que el ejemplo a la juventud disponible para exhibir hasta ahora sea el que puede deducirse de un misterio, tan hermético que resulta de lo más razonable suponer que las charlas en realidad no se dieran y que Unión Aconquija utilizó la plata en otra cosa, si es que no la perdió en algún buche angurriento entre trámite y trámite. Imposible no remitirse al “megafraude” perpetrado en 2004 en el área de Desarrollo Social, cuando el organismo destinó millonadas a cursos de capacitación truchos o inexistentes. Ya la entidad aconquijeña había sido objeto de comentarios maliciosos el año pasado debido a $500 mil con que el municipio capitalino la benefició por su participación en el torneo Federal A, pero entonces por lo menos se ensayó la explicación de que se trataba de un respaldo publicitario. Ahora ni eso.
El club andalgalense, presidido por Horacio Gutiérrez, va camino a constituirse en una suerte de paradigma de la opacidad administrativa, no solo por los subsidios. También quedó entrampado en la denuncia por corrupción en la que están imputadas ex funcionarias de la Secretaría de Vivienda. Entre las pruebas aportadas para engordar el expediente judicial hay cheques de la sociedad RAF, propietaria de los corralones San Fernando y Los Kumpas, vinculados a las sospechosas de direccionar compras hacia ellos, con los que se les pagó a jugadores de la entidad, no se sabe si por su desempeño deportivo o por su participación en charlas ejemplificadoras de algún oportuno “programa social” institucional.
El Ancasti
