Otra caída
emblemática
La crisis arrasa con todo ante la impotencia de un Gobierno provincial desbordado, que se ha quedado.
La crisis arrasa con todo ante la impotencia de un Gobierno provincial desbordado, que se ha quedado sin herramientas para atenuar su brutal impacto. El éxodo de inversiones en la industria y el sector agropecuario parece irreversible, terminal. Ahora, la caída más de un cuarto de siglo después de su apertura de una galería céntrica como la "Azzurra Factory”, ubicada en República y Rivadavia, y el destino similar que podría seguir el casi mítico bar y restaurant "La Farola”, en Rivadavia y Güemes, frente a la Plaza de la Estación, ponen de relieve la asfixia del comercio, que viene aguantando a duras penas. La "Azzurra” debe ser desalojada a más tardar el 31 de agosto. José Natilla, el administrador del complejo, explicó que los propietarios elevaron el alquiler de la emblemática esquina nada menos que un 500%, costo que a él le resulta imposible transferir a quienes le subalquilan locales que llevan entre 15 y 25 años de funcionamiento. Se trata de 10 negocios de venta, el bar "Rayuela", un puesto de información turística oficial y oficinas de empresas turísticas y otros rubros. Se perderían unos 30 puestos de trabajo, salvo que los comerciantes se instalen en otro sitio. La relocalización, sin embargo, parece remota. En la "Azzurra” se abonan entre $7.000 y $15.000 de acuerdo con la ubicación. Un alquiler en el centro duplica la cifra cómodamente.
Incremento del costo de los servicios, derrumbe de las ventas y disparada del alquiler se conjugaron para la muerte de la "Azzurra”. Natilla fue claro. "Si actualmente los dueños de los comercios apenas pueden pagar el alquiler por la caída de las ventas y el aumento de la energía, es imposible transferirles ese incremento del 500% en los alquileres”, dijo. Una empleada que lleva una década trabajando en un local de venta de ropa comentó a El Ancasti: "La dueña me dijo que no hay presupuesto para irse afuera, porque tiene que hacer una gran inversión, así que tendré que buscar otro trabajo”. Otra, con 25 años en una zapatería, se lamentó: "Todavía no caigo. No sé qué hará la dueña, porque hasta ahora está viendo la posibilidad de irse a otro lado, pero es difícil”.
La cuestión es que en el caso "Azzurra” se resume la difícil situación que atraviesa también el comercio, debido a la restricción del consumo por la caída del poder adquisitivo, en un contexto de retroceso en la actividad económica que no da muestras de revertirse en lo inmediato. En Catamarca, la situación se hace más dramática por la imposibilidad de continuar metiendo gente en el Estado y una escasez de recursos que impide articular políticas tendientes a asistir a los sectores golpeados, perfeccionado ya el fracaso de mecanismos como las SAPEM para suplir la ausencia de inversiones del sector privado. A esto se suman limitaciones institucionales y políticas para tratar de gestionar medidas de auxilio o cambios estructurales a nivel nacional, en un distrito insignificante desde el punto de vista electoral, con el país y la política inmersos ya en las campañas para los comicios de agosto/octubre y pendientes casi exclusivamente de lo que ocurre en provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires y un par de grandes distritos de padrones determinantes. Alejandro Segli, de la Unión Comercial de Catamarca, señaló que "la situación es realmente complicada y hay varias PyMES que están pasando por un momento económicamente complejo. Desde Nación no tenemos ningún tipo de respuesta. Este gobierno siempre dijo que iba a estar del lado de las PyMES y no es así, no dan respuesta, no hay apoyo ni medidas que tiendan a favorecer a los comercios más chicos. Lamentablemente tenemos un montón de consultas de los comerciantes que todos los días quieren saber qué pasa y qué hacer, pero no sabemos qué decirles porque ni siquiera nosotros tenemos respuestas”. Lo desalentador del panorama demanda reacciones urgentes, ajenas al clima electoral que se vivirá prácticamente hasta noviembre.
