Jueves Santo
Hoy recordamos la Última Cena de Jesús con sus doce apóstoles. Un día en el que en todo momento dio ejemplo de servicio y entrega.
El Jueves Santo abre el Triduo Pascual, que es el periodo durante el cual la liturgia católica conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En el Jueves Santo los cristianos celebramos: la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración en el huerto de Getsemaní.
La última cena y la institución de la eucaristía
De acuerdo a los Evangelios, Jesús se reunió con los doce apóstoles en la Última Cena para despedirse de ellos antes de su muerte. Durante la cena anunció que uno de ellos le traicionaría. No dijo quién, pero si las miradas hablaran… a quien miraba era a Judas Iscariote.
En la Última Cena se instituye de la Eucaristía, uno de los siete sacramentos para los católicos.
Esta se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”. Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia Católica como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.
Estas frases que pronunció Jesús son las que se repiten en cada Eucaristía en el momento de la consagración del pan y del vino.
El lavatorio de los pies
Este episodio aparece narrado en el evangelio de San Juan (capítulo 13, versículos 1 al 15). En un momento de la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa, se quitó la ropa, se ciñó una toalla y echó agua en un lebrillo. Entonces se puso a lavar los pies de sus apóstoles.
El único de los doce que le cuestionó esta acción fue Pedro, quien llegó a decir: “No me lavarás los pies jamás”, pues entendía esto como una humillación de su Señor hacia él, su discípulo. Jesús le respondió: “Si no te lavo no tienes parte conmigo”. A lo que Pedro replicó: “Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza”.
Jesús realizó esta acción como ejemplo de servicio y de humildad, ordenando que los lavados hicieran lo mismo que él había hecho con ellos.
La oración en el huerto de Getsemaní
Terminada la Última, Jesús marchó al huerto de Getsemaní para orar, pidiendo a sus apóstoles que le acompañaran en la oración. Sin embargo, todos se fueron quedando dormidos.
Es en este momento de oración cuando Jesús cuando dice: “Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Después de orar , se produce el prendimiento de Jesús por parte de un grupo guiado por Judas Iscariote, que le había entregado por treinta monedas de plata. Los cuatro evangelios cuentan que en este momento el apóstol Pedro corta la oreja derecha con su espada a un sirviente del Sumo Sacerdote. El Evangelio de Juan especifica que este sirviente se llama Malco. Jesús le sanó al instante la herida y ordenó a Pedro envainar la espada, pronunciando esta frase: “Quien a hierro mata, a hierro muere”.
El Jueves Santo recuerda y celebra, a través de los distintos actos y oficios religiosos, todos estos hechos y otros ocurridos en el día anterior a la muerte de Jesús.
En Jueves Santo celebramos y recordamos, pues, la última cena; el lavatorio de pies, que nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás, una forma de seguir a Jesús y demostrar nuestra fe en Él; la institución de la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino que nos guían en el camino de la salvación, el Sacerdocio, y la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad. Tantas veces despreciadas actualmente, y que tanto bien nos hacen. Este día solemne es para acompañar a Jesús en oración y agradecer con devoción que se quedara con nosotros y nos acompañe y nos fortalezca en la fe.