Condenaron a
perpetua al bomberman santamariano por doble homicidio
César Rodriguez fue condenado a la pena de prisión perpetua, al ser encontrado responsable de las muertes de María Justina Flores (65) quien era su suegra, y del remisero Nery Ángel Santos (26).
Rodríguez fue condenado por los delitos de: tenencia de material explosivo y doble homicidio doblemente agravado por alevosía y haber sido cometido por medio idóneo para crear un peligro común, en concurso real.
El fallo, que fue emitido por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal, coincidió con el pedido de la querella del hijo de Flores, así como los abogados del taxista Santos y la fiscalía, quien pidieron prisión perpetua para el ahora condenado.
Respecto a la demanda civil, se hizo lugar parcialmente a la acción interpuesta por el señor Héctor Flores (familiar de la mujer fallecida) y Rodríguez deberá pagar un millón cien mil pesos en concepto de indemnización por el daño patrimonial, lucro cesante emergente y daño moral.
No obstante, no se hizo lugar al planteo de los abogados Javier Silva y Daniel Ortega, quienes pidieron que además de Rodríguez, la empresa YMAD también indemnice a la familia Flores. Según los jueces, durante la etapa investigativa y el juicio, no quedó fehacientemente acreditada la responsabilidad alguna de la empresa minera.
Hecho
El 26 de septiembre de 2013, María Justina Flores, de 65 años, salió de su domicilio ubicado en un barrio del departamento Santa María para abordar un remís. El coche estaba al mando de Nery Ángel Santos, de 26 años.
Repentinamente, una impresionante explosión proveniente de un auto les arrebató la vida y sus restos debieron ser recogidos en varias partes, ya que fueron descuartizados.
Las pesquisas llegaron hasta Rodríguez, en ese momento chofer transportista de la mina Farallón Negro. El expediente sostiene que el hombre mantuvo una relación con la hija adoptiva de la señora Flores, quien al momento del atentado tenía 14 años.
Tras la ruptura y el alejamiento con la jovencita, siempre según las versiones oficiales, la amenazó con quitarle lo que más quería. Así habría planeado colocar los explosivos y una caja con clavos y hierros meticulosamente cortados para dañar en forma de esquirlas.
Lo que no tuvo en cuenta Rodríguez fue que en el lugar también estaría el chofer del remís, quien no tenía nada que ver con la historia.
