Cuando Guerra se animó a escribir un cuento chino con final abierto
El gol agónico de Maxi Guerra en un estremecedor 1-0 que hizo latir y temblar a la gran cantidad de hinchas aurinegros que habitaron la tribuna visitante, que da a la Avenida 2 de Abril, del estadio de Tiro Federal y Gimnasia fue la introducción de una novela que no se escribe hace más de una década y media. Claro que cada cuento puede tener un final triste o feliz. Las cosas pueden salir bien o mal. Las finales en su mayoría suelen ser completamente cerradas.
Guerra ya imprimió su historia en su paso por Aconquija de Chaquiago luego de formarse como goleador durante la actual temporada de la Liga Andalgalense de Fútbol y los tantos al Esquiú en Saujil que le dieron el cupo a la gran final resultaron ser el producto de la gran emoción de la gente del Canario.
Pero en la fiesta del sábado, había música, show en vivo y una felicidad pocas veces vistas. A 16 años que el conjunto de Chaquiago no asistía a una cita final, Tiro pareció llegar con más costumbre a ese partido, hasta fue superior a su rival y parecía estar encaminado a abrir esa primera final. Pero apareció el Lobo. Ese personaje que está destinado a convertir los cuentos de hadas en pesadillas. Nos referimos a Maxi Guerra, la gran figura de la tarde que arruinó el festejo glorioso y lo pinto de negro y oro. Con un equipo que se lució más por su corazón que por su cabeza, el conjunto de Alberto Maidana, se llevó un triunfo que ilusiona a la institución y preocupa al flamante Tiro Federal.
El fútbol enamora a todo el mundo por cuentos como estos, pero eso ya es historia, ahora sólo queda espacio para pensar en el partido de vuelta, el que decidirá si Aconquija embellecerá este año 2016 lleno gloria o si Tiro lo condenará y se quedará con un título más como lo manda las vitrinas de su historia.
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