Con goles de Rafael Sóbis y José Rivas, el equipo mexicano superó 2 a 0 a Emelec y avanzó a la instancia de los cuatro mejores del certamen continental por primera vez en su historia
Con la mínima diferencia adquirida en Manta, el Emelec arribó a México con el objetivo de dar el golpe frente a Tigres, un equipo que llegaba lastimado después de lo que significó la eliminación sufrida en liguilla doméstica.
Sin embargo, los 29 grados de temperatura y la intensa humedad parecieron sorprender al conjunto ecuatoriano, dado que en el amanecer del partido, un centro de Rafael Sóbis, que no llevaba ningún peligro, expuso notoriamente a Esteban Dreer, quien careció de reacción cuando la pelota ingresó con suspenso por el segundo palo. Fue el inicio perfecto para los de Ricardo Ferretti al emparejar la serie desde el vestuario.
Si bien las respuestas de la visita se basaron en el sacrificio de John Narváez y el individualismo de Miller Bolaños, los dueños de casa amenazaron con estirar la diferencia a través de las punzantes intervenciones de Enrique Esqueda. Sin dudas, el entretenido espectáculo mantenía el resultado abierto.
En el complemento los felinos salieron con una actitud más agresiva y las apariciones de Damián Alvarez, quien reemplazó al inexpresivo Joffre Guerrón, exigieron al arquero con pasado en Deportivo Cuenca.
De todos modos, lejos de sentirte intimidado, el elenco de Omar De Felippe hizo lucir a Nahuel Guzmán con los intentos de larga distancia de Pedro Quiñónez. De no ser por el ex Newell's, Tigres se hubiese despedido del certamen por los remates del oriundo de Esmeraldas.
Finalmente, cuando parecía que el destino de la llave iba a definirse mediante los penales, un cabezazo de José Rivas hizo delirar a las 40.000 personas que no pararon de alentar durante los 90 minutos. Con sufrimiento y sin desplegar una producción convincente, los de Ferretti arañaron la clasificación y avanzaron a la instancia de los cuatro mejores del continente. El tequila pegó fuerte en León.