Trata de personas o prostitución
La crónica policial indica que el pasado lunes a la madrugada, la División Trata de Personas de la Policía allanó una whiskería en la localidad de La Banda, departamento Andalgalá, y logró rescatar a seis mujeres que practicaban la prostitución en ese lugar.
Las mujeres tienen entre 25 y 35 años y debían realizar ese trabajo en pésimas condiciones sanitarias, por lo que fueron trasladadas a la ciudad Capital para ser asistidas, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Por el hecho quedaron detenidas dos personas, quienes serían los propietarios del lugar.
Lo que al principio no se aclaró es si las mujeres estaban allí contra su voluntad o no. La diferencia entre una situación y otra es la que va de la trata de personas al ejercicio de la prostitución. Los primeros datos no revelaban si las mujeres provenientes de Tucumán, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y de San Fernando del Valle de Catamarca, estaban amenazadas o en situación de semi-esclavitud.
Pero la información consigna que los propietarios ya están imputados por trata de personas, y además todas las mujeres tienen entre 3 ó 5 hijos, y son sostén de hogar, lo que lleva a presumir la grave situación de vulnerabilidad a la que estaban sometidas. En este contexto, la figura de trata parece ser la que encaja mejor con lo que ocurría en ese local.La diferencia entre el concepto de trata y de prostitución es que, en el primero de los casos, se da una situación de privación ilegal de la libertad de las personas mediante violencia o engaños.
En cambio, en el caso de la prostitución, quien la practica consiente voluntariamente esa situación.Cabe aquí, sin embargo, relativizar este último concepto, en la medida en que, no pocas veces, tal vez sea el caso detectado en Andalgalá, las mujeres emiten un consentimiento implícito, pero porque no tienen otra opción por determinadas circunstancias propias de su vida.No obstante, es necesario recalcar la diferencia, porque no todo caso de prostitución es trata de personas, como bien se encargan de señalar organizaciones que agrupan a personas que ejercen este oficio como modo de ganarse la vida.
Esta es la posición que desde hace años proclama el sindicato AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), que afilia a trabajadoras sexuales. Eugenia Aravena, dirigente de la organización, opina que "hay que diferenciar lo que es la trata de personas del trabajo sexual. Si no, de forma encubierta y violenta, se muestran números y cifras de víctimas rescatadas, cuando no han sido mujeres que se encontraban allí en contra de su voluntad.
Por eso decimos que el trabajo sexual no es lo mismo que la trata. Todos estos discursos que mezclan la trata con la prostitución autónoma es funcional a las mafias y a que todo esto siga pasando”.La diferencia entre ambas actividades –una constituye un delito, la otra no, o, según las modalidades y las legislaciones de algunas jurisdicciones, apenas una contravención-, debería tenerse en cuenta a la hora de diseñar la estrategia de prevención y combate a la trata, sobre todo si esa confusión se hace adrede y contribuye a enmarañar las investigaciones judiciales.
Por la situación de vulnerabilidad que padecían las mujeres, la figura de trata de personas parece ser la que encaja mejor con lo que ocurría en la whiskería de Andalgalá.
El Ancasti
