Cómo rindieron
los jugadores de la Selección Argentina
El
equipo comenzó con un 5-3-2 que dejó muchas dudas, pero con el ingreso de Gago
e Higuaín, volvió al 4-3-3

La
victoria ante la selección de Bosnia dejó claro que el camino para encontrar
resultados favorables va de la mano con el habitual 4-3-3. Se vio que los
rendimientos individuales estuvieron muy sujetos a los cambios posicionales.
Acá, el uno por uno:
Sergio Romero: Respondió bien en los tiros directos y jugó
adelantado para cortar los centros frontales y laterales. Clave su tapada ante
Hajrović.
Siempre seguro, protegió al equipo en los pasajes dubitativos y cuando se vio
amenazado por los avances del rival.
Pablo Zabaleta: Poca participación por su sector, sin mucha
proyección. La salida de Campagnaro le dio más libertad en su zona y lo liberó
para mostrarse como alternativa de salida. Cumplió.
Hugo Campagnaro: Colaboró con pocos despejes, pero sobró en la
línea defensiva habitual. Se mostró incómodo y se transformó en una molestia
para el primer pase. Fue una de las dos modificaciones para la segunda etapa y
su salida descongestionó la primera línea.
Ezequiel Garay: Ordenó desde el centro, estuvo bien el juego
aéreo. El más retrasado de la primera línea cuando la Argentina defendía con
cinco. En el complemento, salió a cortar más lejos. Estuvo firme.
Federico Fernández: Cubrió el espacio que generaba la subida del
lateral izquierdo y salió a cortar unos metros más arriba que el resto en la
primera etapa. Estuvo unos metros más atrás en el segundo tiempo. Tuvo
responsabilidad en el gol de Ibisevic.
Marcos Rojo: Ganó de cabeza en el gol, pero su sector fue
el más atacado en la primera etapa y se vio abrumado con tantos desbordes. Arriesgó
en algunas salidas y se proyecto con poco criterio. Debió cuidar más su zona.
Maximiliano Rodríguez: Fue el más inactivo de los tres volantes.
Impreciso para acoplarse a la ofensiva con Messi y Agüero. Le dejó su lugar a
Gago para el segundo tiempo.
Javier Mascherano: Corrió mucho y tapó los huecos en busca de
orden en los adelantamientos de los otros dos volantes. Muy participativo en la
circulación en la primera etapa. El ingreso de Gago le quito responsabilidades
en la tenencia y sólo debió estar atento a los marcajes.
Ángel Di María: El encargado de la conexión con los puntas. En
la etapa inicial jugó más de interior que de extremo. Se soltó más cuando el
equipo se paró 4-3-3, ensambló mejor en el ataque, e hizo más ancho al equipo
al recostarse sobre la izquierda.
Lionel Messi: Arrancó recostado sobre la derecha y muy
retrasado en la gestación. Tuvo algunos destellos de lucidez y obligó con
algunas gambetas. El esquema no lo favoreció en la primera parte. Con el cambio
de sistema partió unos metros más adelante y ganó espacios. Marcó un golazo y
se vio una versión más parecida a la habitual.
Sergio Agüero: Empezó activo, pero lejos para tomar la
pelota. Otro que se vio afectado por el 5-3-2 del primer tiempo. Quedo aislado
del equipo y no estuvo bien en el mano a mano. Cuando entró Higuaín se recostó
sobre la izquierda y conectó mejor con los volantes.
Gonzalo Higuaín: Con su aparición en la segunda etapa,
favoreció a la movilidad del ataque. Hizo de pivot en el gol de Messi y siempre
fue una preocupación para la línea defensiva bosnia. Sirvió como punto de
referencia en los últimos metros.
Fernando Gago: Ingresó en el complemento para aumentar la
posesión de pelota y hacer más clara la circulación. Sirvió para que el equipo
reciba la pelota con prolijidad y para que Messi tenga un volante cerca para
descargar. Marcó el ritmo de juego, clave en el cambio de imagen.
Lucas Biglia: Reemplazó a Agüero a pocos minutos del final
para acomodarse bien cerca de Mascherano y armar un 4-4-2 de pura contención.
INFOBAE