Van
a cumplirse dos semanas desde que la Policía Aeroportuaria secuestró 60 kilos
de rodocrosita a punto de ser embarcada en forma ilegal en el Aeropuerto Felipe
Varela, sin que la sociedad del Estado Catamarca Minera y Energética (CAMYEN)
Haya intentado explicación pública alguna. Corresponderían, pues la firma
monopoliza la explotación y comercialización al mayoreo de la piedra
semipreciosa que se extrae de Minas Capillitas, pero al parecer 60 kilos no
representan un volumen suficiente para movilizar a los jerarcas de la empresa,
con Daniel Issi a la cabeza. Este diario ha fracasado en los intentos por obtener
por lo menos el parecer oficial de la firma acerca del evidente contrabando de
su producto, y tampoco han logrado respuesta favorable las gestiones por datos
sobre su plantel de empleados y funcionarios, sus resultados económicos y
financieros y sus aportes a las arcas del Estado que la creó y la sostiene.
Silencio tan insistente no puede dejar de llamar la atención, por no hablar de
las sospechas que alimenta. Para obtener y traficar rodocrosita es necesaria
una hoja de ruta que se tramita en la Secretaría de Minería, instrumento legal
del que carecía el cargamento secuestrado en el Felipe Varela, simplemente
porque nunca se tramitó.
Es
ineludible preguntarse entonces cómo hizo el supuesto "artesano"
atrapado en el Aeropuerto para conseguir nada menos que 60 kilos de la piedra.
Cualquiera se plantearía el interrogante, pero no es así en la CAMYEN, que
debería ser, teóricamente, la más preocupada por aclarar la situación. Dada la
cantidad de roca, la estatal podría estar amenazada por competidores dedicados
a extraer irregularmente un mineral sobre cuya explotación tiene derechos
exclusivos. No eran un par de piedritas destinadas al mercado
"hippie" para hacer aretes. Como la CAMYEN no ha dado muestras de
inquietud, es lícito plantearse otra alternativa que ni el mejor intencionado
podría obviar: tal vez los 60 kilos salieron en forma irregular de la propia
CAMYEN, sin la habilitación de rigor de la Secretaría de Minería. Si tal fuera
el caso, se estaría en presencia de una maniobra ilícita y una estafa, pues es
improbable que el "artesano" del Felipe Varela haya obtenido la
rodocrosita de regalo ¿Así se cuida el patrimonio público? Si en cuestión tan
básica las explicaciones se eluden, no cabe asombrarse por la ausencia de datos
sobre otras facetas de la marcha empresarial de CAMYEN, como las designaciones
de parientes, amigos y entenados con altas remuneraciones y los extraños
contratos que estimulan la imaginación popular.
La
magnitud de la estafa en la OSEP no deja de asombrar. El megafraude operado con
las órdenes "truchas", en el que participaron médicos también
"truchos", es el último eslabón de una larga cadena que se arrastra
desde mucho antes del inicio de la actual gestión de Gobierno, aunque no pueda
dejar de señalarse el significativo aporte que los representantes de éste
hicieron al escándalo. El Gobierno ha decidido sacrificar 40 millones de pesos
de utilidades futuras de YMAD para pagar deudas con los prestadores, maniobra a
través de la cual la obra social quedaría en condiciones de sanearse
definitivamente. De la historia reciente puede rescatarse la persistente
negativa del ministro de Economía Ricardo Aredes a satisfacer las insistentes
requisitorias del ex director de la OSEP Julio Prieto por partidas especiales
para cubrir los déficits. Vaya a saberse a cuánto hubiera ascendido el monto
del fraude si se le daba respuesta a los pedidos del ex funcionario, bajo cuya
gestión se puso en marcha el sistema de flexibilización de venta de órdenes que
terminó en el escándalo. Con buen tino, Aredes evitó destrabar recursos
públicos para lo que era un verdadero agujero negro.
EL
ANCASTI