El eclipse lunar total también fue visualizado
desde gran parte de América, Australia y el
Pacífico, informó la NASA. En el país, el
fenómeno se distinguió minutos antes de las 2.
Un espectáculo inigualable regaló hoy el sistema
solar a los noctámbulos y a las miles de personas que no dudaron en mantener
los ojos abiertos durante casi toda la noche. La Luna experimentó una
transformación desde la 1:53 de la madrugada que la llevó de verse
completamente blanca, su color natural, a lucir cada vez más incompleta para
finalmente bañarse en un "rojo sangre".
El eclipse total lunar duró unos 78 minutos y pudo
disfrutarse desde cualquier punto del país con apenas asomar la mirada desde la
ventana. El momento en que la Luna se tiñó prácticamente de un rojo anaranjado
fue a las 4:11, cuatro minutos después de lo estimado por los especialistas. A
las 4:22, ya era un satélite que en su plenitud ostentaba un rojo furioso pero
también matices anaranjados. En tanto, pasadas las 5:15, comenzó el proceso de
retorno a su pigmentación habitual.
En 2011, este evento astronómico también ocurrió
pero fue imposible registrarlo a causa de que el cielo estaba nublado. Hoy, en
cambio, lució totalmente despejado lo que facilitó su visibilidad.
"Hace 40 meses que no vemos un eclipse total y
el próximo lo veremos claramente, como hoy de punta a punta, en septiembre de
2015. En seis meses y en de abril del año que viene lo veremos poco y
nada", advirtió el astrónomo.
"Todos los años se producen eclipses, pero no
siempre se pueden ver desde un mismo lugar de la Tierra; todas las condiciones
están dadas en esta oportunidad para que disfrutemos de un eclipse total de
Luna muy significativo", explicaba ayer Lucía Sendón, directora del
Planetario "Galileo Galilei".
La astrónoma contó que estos fenómenos se producen
"cuando la Luna se introduce parcial o totalmente en el cono de sombra que
nuestro planeta proyecta hacia el espacio, en sentido opuesto al Sol".
"Hay veces que la Luna no penetra totalmente
en el cono de sombra que proyecta la Tierra y por lo tanto no se oculta del
todo, sino que sólo desaparece una parte; en esta ocasión el satélite natural
penetrará en la umbra y entonces no se verá brillante como siempre, pero va a seguir
visible", apuntó en declaraciones a la agencia Télam, algo que finalmente
ocurrió.
La especialista precisó que la luz rojiza que baña
a la Luna esta madrugada se debe a que "la atmósfera de la Tierra refracta
luz hacia el interior del cono de sombra y esa luz rebota en su superficie, que
por eso se verá de un atractivo color rojo".
"Habitualmente se producen dos eclipses de Sol
y de Luna por año. Esto sucede porque la órbita lunar está inclinada cinco
grados con respecto a la de la Tierra alrededor del Sol, lo que significa que
al menos dos veces por año la Luna, la Tierra y el Sol quedan alineados",
señaló.
Este eclipse total es el primero de los cuatro que
se repetirán cada seis meses en el lapso de año y medio, mientras que a lo
largo de este siglo el fenómeno sólo ocurrirá en total siete veces, informó la
NASA.
El fenómeno ocurre cuando tiene un alineamiento
casi perfecto con el Sol y la Tierra y el planeta proyecta su sombra sobre el
satélite en fase "llena", un evento poco frecuente que si bien no
ocurría desde el 10 de diciembre de 2011 "durante el intervalo de 300 años
desde el año 1600 al año 1900, por ejemplo, no hubo tétradas", afirmó el
experto en eclipses de la NASA Fred Espenak al tiempo que remarcó que en el
siglo XXI habrá nueve grupos de tétradas, lo que da la idea de que es un suceso
que ocurre frecuentemente, pero no ha sido siempre así.
La última vez que tuvo lugar una serie de cuatro
eclipses lunares totales ocurrió en 2003 y 2004, mientras que el próximo
eclipse total de Luna podrá verse desde Buenos Aires el 28 de septiembre de
2015.
La "Luna sangre" estuvo rodeada a lo
largo de la historia de muchas supersticiones y referencias a profecías sobre
desastres naturales de gran magnitud. Por ejemplo, el libro "Four Blood
Moons", publicado el año pasado por el televangelista John Hagee, sugiere
una vinculación entre la tétrada y los vaticinios bíblicos sobre el fin del
mundo.
