La cautiva de
Lugano tiene 15 años habla como una nena de 9
La
joven dejó el hospital y continúa su tratamiento en un instituto de menores. Su
recuperación “llevará mucho tiempo”.
La
recuperación de la adolescente que estuvo cautiva durante nueve años será larga
y dificultosa. A cuatro meses de haber sido rescatada, todavía actúa y habla
como una nena de 9 años, cuando en realidad tiene 15.
Según
pudo saber PERFIL, la víctima dejó el hospital, donde permaneció internada en
grave estado, y actualmente continúa el tratamiento en un instituto de menores,
donde se reencontró con parte de su familia. Los especialistas que la trataron
en este tiempo aseguran que su edad mental no coincide con la biológica,
producto del encierro y la falta de escolarización.
Según
revelaron fuentes de la investigación, la menor permaneció nueve años encerrada
en distintas propiedades sin poder salir, sin educación y conviviendo
permanentemente con dos animales: un perro y un mono. La joven contó que sus
padres adoptivos, Daniel Gómez (43) y Adriana María José Barros (56), no le
daban de comer; solo ingería agua, pan y levadura. A veces comía lo que les
sobraba a los animales.
“Va
a llevar mucho esfuerzo lograr recuperarla, pero en el tiempo de trabajo con
ella se notó una evolución muy favorable”, destacó a PERFIL una fuente de la
Asesoría de Menores e Incapaces de Quilmes, que interviene en el caso.
Según
reconoció, el aspecto físico y clínico de la chica mejoró. Para el fiscal de la
causa, Juan Necol, recuperó diez kilos en sólo un mes. La joven no superaba el
metro treinta de altura ni los veinte kilos de peso, cuando para esa edad debía
haber alcanzado los cincuenta kilos, según estimaciones médicas.
En
2001, la madre biológica de la joven decidió dejarla al cuidado de Daniel y
Adriana, a quienes había conocido en una reunión en Capital Federal. La mujer
tenía otros seis hijos y adujo que no podía criarla.
Durante
los primeros cinco años de su vida, la víctima siguió en contacto con sus
hermanos y Gómez y Barros cumplieron con todos los controles judiciales que
forman parte del protocolo previo a la adopción definitiva. Pero de un día para
el otro “desaparecieron” sin informar el nuevo domicilio.
En
noviembre pasado personal del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil de
Quilmes encontró a la pareja gracias a la cuenta de Facebook de uno de los
hijos de Adriana. Cómo ya no podían seguir ocultándose, se presentaron con la
adolescente ante la Justicia. El juez advirtió enseguida el cuadro en el que se
encontraba la chica y resolvió quitarle la guarda. Para ese entonces, la menor
pesaba apenas veinte kilos y casi no hablaba.
En
Cámara Gesell, reconstruyó las vivencias en los distintos domicilios donde se
encontró. Habló de maltrato físico, de falta de alimentación y de una
convivencia cotidiana con animales, al punto de estar por debajo de ellos. Pero
antes tuvo que superar el síndrome de Estocolmo, donde una persona que es
reducida a la servidumbre niega la realidad y defiende o justifica a su captor.
“Ella
decía que no había pasado nada, pero después de que ganamos su confianza pudo
ir contando detalles y hablar del maltrato. Todavía actúa y habla como una
criatura de 8 o 9 años y aún no está preparada para una instancia de
escolarización, por eso es importante seguir trabajando sobre su aspecto
cognitivo y emotivo”, explicó una fuente del caso.
Por
su parte, el fiscal Necol coincidió en este punto: “La víctima tiene una edad
mental menor por el encierro y por no haber ido al colegio, y esto tiene
tremendos efectos sobre su estructura psíquica. Los captores no la bañaban casi
nunca. La nena habla muy bajito y con idioma de una nena de 9 años”.
Desde
el 5 de abril pasado, y tras un allanamiento en Villa Lugano, la pareja quedó
detenida. Es que pudieron corroborar detalles que la menor había mencionado en
cámara Gesell.
Para
recomponer su estructura y rodearla de afectos, la menor fue trasladada a un
centro donde “se trabajó la revinculación con su hermana mayor y se la ingresó
a uno de los mejores Centros de Atención a Niños con Discapacidad de de Buenos
Aires junto a otra de sus hermanas”, explicaron desde la Secretaría de Niñez y
Adolescencia.