Aseguran que la
nafta súper podría sobrepasar los $12 en mayo
Kicillof
acordó alzas graduales con las petroleras. De esta manera el promedio de suba
mensual sería de unos 50 centavos hasta llegar a superar los 12 pesos en Mayo.
De acuerdo a lo publicado este domingo en el
diario La Nación, el ministro de Economía Axel Kicillof acordó subas graduales
de las naftas hasta el mes de mayo.
Sin
documentos que lo avalen, en medio del apuro por evitar una suba masiva en los
precios de los combustibles y con los dedos cruzados para que el dólar se
mantenga en 8 pesos, el Gobierno acordó la semana pasada con las empresas del
sector un esquema de aumentos sucesivos en los surtidores de todo el país para
los próximos tres meses .
La
"tablita", que todas las refinadoras tienen en la mente, pero que no
aparecerá por escrito en ningún documento público, estipula alzas máximas de
precios para naftas y gasoil de 6,1% en marzo, 5,4% en abril y 3,8% en mayo.
Esta
proyección se suma a los incrementos ya aplicados por las empresas del sector:
un 7% en enero sin mediar acuerdos con el Gobierno, y otro 6% en febrero, en
ese caso avalado por el ministro de Economía, Axel Kicillof, que lo dio a
conocer el 5 de este mes. Como resultado del acuerdo, la nafta y el gasoil
aumentarán casi 16% en promedio hasta mayo.
En
principio, las empresas del sector se plegarán a esa dinámica. Entre ellas
están YPF, que lidera el mercado con 55% de las ventas; Shell, Esso (Axion),
Petrobras y Oil, la petrolera de Cristóbal López.
Si
se toman en cuenta los números de YPF, el litro de nafta súper, que hoy se paga
9,49 pesos en casi todas las estaciones de servicio de esa bandera en la
Capital Federal, costará $ 10,06 el mes próximo, $ 10,60 en abril y $ 11 en
mayo. La premium, el producto más selecto, escalará de los $ 10,68 actuales
hasta $ 12,39 en tres meses.
En
ambos casos, según fuentes que participaron en las negociaciones, la evolución
es un buen anticipo de lo que ocurrirá en los surtidores. Pero puede haber
variaciones. Por ejemplo, Kicillof autorizó días atrás un alza de 6%, que la
empresa que conduce Miguel Galuccio aplicó en promedio ponderado, según
explicó. Por eso en algunas localidades, como en la Capital Federal y en Pilar,
las remarcaciones superaron el 8%, más de lo que autorizó el ministro.
YPF
provee el combustible a las estaciones de su bandera -en muchos casos a
empresarios pyme que son dueños y las operan- bajo la modalidad de
consignación, por lo que los precios de venta los fija sólo la petrolera. En
los otros casos, los aumentos seguirán la misma tendencia, pero puede haber
variaciones porque funcionan bajo la modalidad de reventa: el dueño de la boca
de expendio es quien decide el precio final.
Un
ejecutivo del sector recordó además que el 50% del precio es impuestos, por lo
que, a mayor precio básico -algo que define cada petrolera antes de los
gravámenes-, recauda más el Estado.
Las
refinadoras justifican la suba con la devaluación. La compra de petróleo se
lleva 80% de sus costos. Si bien lo pagan en pesos, su precio está en dólares y
se liquida con la cotización del Banco Central, que atestiguó una pérdida de
valor del peso del 23% sólo en enero.
Sobre
esa base, Shell subió 12% sus precios a principios de febrero para recuperar
terreno, algo que también querían hacer sus competidoras. Pero Kicillof
inauguró un raid de discusiones entre los productores locales de petróleo y las
refinerías para que trasladaran los aumentos a las estaciones paulatinamente.
Las amenazó con crear un tipo de cambio artificial, de $ 6,88 -el oficial cerró
el viernes a $ 7,79, pero llegó a $ 8,01 días antes-, para utilizar como
parámetro en la compra y venta de petróleo.
Las
empresas, que piensan y respiran en dólares, le hicieron una contraoferta:
bajarían momentáneamente los precios internos del crudo con tal de que se
mantuviera al dólar oficial como tipo de cambio.
Kicillof
aceptó bajo presión de los gobernadores (cobran regalías sobre el precio real
de venta del crudo), que estuvieron más de acuerdo con la propuesta de las
empresas que con la del Gobierno. Para convencer al ministro, los mandatarios
provinciales pusieron en marcha esta semana una red de lobby como hacía tiempo
no ocurría.
Martín
Buzzi, gobernador de Chubut y N°1 de la Ofephi, la organización que reúne a las
10 provincias productoras, criticó en público la propuesta del Gobierno, al
igual que el neuquino Jorge Sapag. Su ministro de Energía, Guillermo Coco,
había sostenido que, si se aplicaba el acuerdo que evalúa el Gobierno, la
inversión petrolera en la provincia caería un tercio.
Para
frenar esa pesificación, Sapag volvió a contactarse oficialmente con Guillermo
Pereyra, N°2 de la CGT de Hugo Moyano y jefe del sindicato petrolero de su
provincia. Estaban distanciados desde las elecciones del año pasado en que el
sindicalista fue elegido senador, pero acordaron trabajar juntos contra el plan
oficial. El viernes 7, Pereyra llamó al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que
lo recibió en la mañana del martes pasado en Buenos Aires. Antes había pasado
por la torre de YPF para encontrarse con Galuccio. A esas alturas, la
pesificación del mercado había quedado disuelta.
Con
el nuevo acuerdo, el petróleo de Neuquén (el que mejor rinde en las refinerías)
costaba US$ 83 en febrero, pero las productoras (Chevron, Pan American Energy,
Pluspetrol y Tecpetrol, entre otras) se comprometieron a aplicar un descuento
de 14% este mes, de 8,75% el próximo, y de 3,75% en abril, no acumulativos.