ORÍGENES HISTÓRICOS DE LA PROFESIÓN DE CONTADOR
PUBLICO EN LA ARGENTINA
contable
en nuestro País.
Ya
en la Memoria al Consulado de Buenos Aires, en junio de 1786, hacía mención a
la
urgente
necesidad de “crear una escuela de comercio, donde los jóvenes fueran a
instruirse
en la aritmética, en reglas de navegación mercantil, en seguros, en cambios,
así
como en el modo de establecer la correspondencia comercial y plasmar sus
conocimientos
en leyes y costumbres de uso común”.
Sus
principios formaron parte de un proyecto integral dirigido a las Cortes de
Cádiz,
las
que, no obstante dar fe de su importancia, lo rechazaron. Aunque se desconocen
las
causas de ese rechazo creemos que ello fue para impedir el acrecentamiento
cultural
de la Colonia que de otro modo hubiera afianzado su temprana
emancipación.
Fue
más tarde Bernardino Rivadavia quien, consciente de la necesidad de proveer a
aquellas
importantes y necesarias tareas, dictó un decreto que reconocía la utilidad de
las
enseñanzas que se impartían en la recién formada escuela de comercio, dando al
Estado
la atribución de proveer a los gastos que demandaban su organización y
mantenimiento.
Las
primeras manifestaciones referidas al ejercicio de lo que sería mas tarde la
profesión
de contador público se efectuaba en plena época colonial a través de los
llamados
“prácticos en cuentas”, “estando tal función al arbitrio y la buena fé y
entender
de aquellos primitivos y empíricos profesionales”según cuenta el entonces
director
de la escuela, el ciudadano francés Amadeo Brodart.
En
1826 Rivadavia dispuso la conformación definitiva de la Escuela, fijándose las
materias
que debían estudiarse, creando simultáneamente la Academia de
Contabilidad,
con el objeto que los empleados del Banco Nacional pudieran
capacitarse
en el desarrollo de sus funciones.
NACIMIENTO DE LA PROFESIÓN
Oficialmente
se remonta a un decreto de Juan Manuel de Rosas del 12 de julio de
1836,
en el que se establecía que para obtener el titulo era necesario rendir un
examen
de
competencia en materia de Derecho ante la Corte de Apelaciones, y otro de
Aritmética
y Contabilidad ante un tribunal designado por el Gobierno. Tales
requisitos
exigían también tener un mínimo de 25 años de edad, ser ciudadano
argentino
y presentar un certificado de intachable conducta.
En
el aspecto administrativo se dispuso que el número de Contadores Públicos
Nacionales
no podía exceder de ocho y sus funciones principales eran las relativas a la
contabilidad
judicial y, entre otras, a la división y partición de bienes en que eran
parte
los menores o personas bajo su curatela. Esta disposición recién fue abolida en
el
año 1863, en que se lleva a cabo una profunda reforma que estableció, entre
otras
medidas
competencia, jurisdicción y campo de acción profesionales.
Día del Contador
La
fecha se instauró en el año 1980, cuando por decisión de la Junta de Gobierno
de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas,
resolvieron, el 19 de noviembre de ese año, unificar la celebración del “Día
del Graduado en Ciencias Económicas”.