Con dos tantos del
"Pocho" y otro del bahiense, el conjunto de Sabella superó 3 a 1 al
equipo incaico, que se había puesto en ventaja gracias a Claudio Pizarro
El Antonio Vespucio
Liberti no estuvo a la altura de las expectativas. Argentina se presentaba por
última vez como local y el público no la acompañó. La ausencia de Lionel Messi
puede ser un argumento viable para la escasa cantidad de espectadores. Sin
embargo, la excelente campaña que realizó el conjunto de Alejandro Sabella no
se merecía una despedida así. Además, la cantidad de variantes en el primer
equipo era una linda prueba de cara al Mundial.
Sin la presencia de la
"Pulga", todas las miradas se fijaban en Ángel Di María, quien se
puso el brazalete de capitán para comandar al ataque "albiceleste".
De modo que en sus primeras intervenciones logró asistir a Rodrigo Palacio,
para que éste impacte un cabezazo y exija a Diego Penny. Fue la primera amenaza
de gol en el estadio Monumental.
De todos modos, el que
golpeó primero fue Perú: una exquisita definición de Claudio Pizarro puso al
seleccionado incaico arriba en el marcador. Sin embargo, una pronta
recuperación local llevó al gol del empate. La aparición de Ezequiel Lavezzi
fue esencial para anotar el 1 a 1 y devolverle el aliento a los que se
acercaron a Núñez.
A pesar de que
Argentina no jugaba del todo bien, su actuación era superior a la peruana. Por
lo tanto, una muy buena triangulación entre Palacio, Zabaleta y el
"Pocho" derivó en el segundo gol nacional. El centro atrás del
bahiense, para que Lavezzi defina ante un arco vacío, fue una demostración del
equilibrio ofensivo que tenía el combinado de "Pachorra".
En el complemento la
jerarquía del dueño de casa volvió a golpear a la endeble defensa peruana. Un
pase en profundidad de Sergio Agüero, para la llegada de Marcos Rojo fue otra
acción punzante que lastimó a la visita. El ex lateral de Estudiantes le ganó
en velocidad a su marcador y envió un preciso centro para que Rodrigo Palacio
concrete el 3 a 1. La diferencia de dos goles liquidaba el pleito de forma
prematura.
A lo dicho se suman los
lujos derrochados por Di María. Luego de dejar a tres hombres en el camino,
"Fideo" pinchó la pelota sobre el cuerpo de Penny y la
"caprichosa" rebotó en el travesaño. La mala fortuna prohibió lo que
hubiera sido la mejor conquista de la eliminatoria.
Definitivamente, la
producción argentina dejó una buena imagen para despedirse de su gente. Aunque
después del choque ante Uruguay en el Centenario, Alejandro Sabella deberá
seguir corrigiendo los defectos de su elenco en el sector defensivo. Sin embargo,
el liderato en Sudamérica y la clasificación a la Copa del Mundo ya están
resueltos. Para mejorar hay tiempo, y para soñar hay argumentos.